lunes, junio 22, 2015

Las políticas públicas son sólo retórica

Entrevista con Israel Flores Cerezo, en el
contexto de su reciente poemario...

Las políticas públicas son sólo retórica

*Joaquín Ríos Martínez

1. ¿Qué es la imagen para ti?  


-Si me preguntas por “imagen” como concepto relacionado con el ejercicio poético, no sólo es cuestión de plasmar metáforas ni de avivar palabras y frases que en el habla coloquial de las personas suele ser poco común. Para mí el poema es una totalidad: su estructura léxica, ritmo y pausas, su estilo y orden son fundamentales (porque hasta para describir el caos debe haber un orden). Estos elementos engloban a la imagen poética cuyo hilo conductor es la voz del poema. Tengo por costumbre observar la totalidad del texto y no sólo sus partes, a menos que sea por simple cuestión analítica.

Mi tarea particular como autor conjunta la imagen visual con la imagen acústica. Escribir guiado por las emociones es un arma peligrosa: no se trata de plasmar constructos ininteligibles, frases que solamente sean disfrutables por su autor, o bien dejarse influir por tendencias vanguardistas que con el paso de los años se han vuelto obsoletas: quien escribe para todos no escribe para nadie. La imagen es el poema en sí, ésta cobra vida y sentido en el recorrido del texto y en los sentidos del lector.

2. ¿Cómo se relacionan las imágenes con tu trabajo cotidiano?

-Además de trabajar en poesía, desde el año 2000 comencé por hobby a elaborar collage con papel reciclado. Mi inquietud creativa la inicié con la música, aprendí a tocar la guitarra a los 17 años con la intención de hacer mis propias canciones. Como verás, arte plástico, música y poesía suelen tener un sinnúmero de imágenes en sus contenidos. Tengo relación especial con la fotografía, en 18 años dedicados al periodismo he encontrado excelentes amigos en el gremio de los reporteros gráficos.
Otra de mis pasiones es el cine, desde la preparatoria me involucré con expertos en el tema (el primero de ellos fue mi profesor de Filosofía), al grado de que hoy promuevo de forma independiente la exhibición de películas no comerciales o que nunca llegaron a la cartelera en ciclos especializados. 

El próximo 2 de julio, con el apoyo del personal a cargo de la cinemateca “Luis Buñuel”, presentaré el ciclo “Expresiones de fiesta” con un total de 13 películas que abordan el tema de la fiesta (decadente e incandescente) en su versión extrema. Mi última etapa en medios de comunicación tiene que ver con las relaciones públicas, principalmente con la proyección visual de políticos, empresarios y gente del espectáculo. El trabajo con la imagen se convirtió para mí en una forma de vida.

3. ¿Cómo aterrizas tus imágenes o imaginación en tu trabajo de poesía?

-En Alma de Ronda hay un poema (“Himen”, p 72) cuya elaboración me llevó siete años de vida. Con ese poema comencé a darle forma al proyecto, un libro que en sí tardó 15 años para ver la luz (entre escritura, aprobación del proyecto, dictamen, edición, impresión y presentación). Entonces yo no “aterrizo” porque no “vuelo” durante la elaboración del texto. Lo fundamental es ser autocrítico con el trabajo. Hay que reposar la actividad creativa para después abordarla nuevamente con determinación, así es como me empeño en corregir y eliminar lo que no me sirve de dicho texto.

El trabajo de corrección es vital si quiero concretar una idea a través del poema. He escuchado a cientos de poetas que se trepan en un viaje sin fin, entre hojas y hojas que hacen insufrible esta actividad tan bella, autores que nunca cambiarán porque ya están viejos y porque se casaron con su idea. Definitivamente si no corriges, si no eres estricto con tu obra, difícilmente lograrás “aterrizar” y te quedarás en imágenes que bien pueden ser atractivas para tus “amigos” o para tu soledad poética en la soledad de tu habitación.

4. Cuéntame ¿cómo se cocinó tu libro Alma de ronda?

-En 1997 recibí una beca del FONCA (ya extinto) para escribir un libro de poesía. Una vez concluido el proyecto, en 1998, hice a un lado el papel de “poeta”. En ese entonces era coordinador de una sección deportiva. En la última semana de 1999, al tirar papeles que ya no me servían, encontré el borrador de ese libro y al leerlo me di cuenta que cometí muchas barbaridades, escribí cosas que me apenaron y me crearon el compromiso de hacer algo realmente valioso y satisfactorio. Nunca quise formar parte de la bohemia intelectual, por lo tanto no tenía prisa en publicar. Si hubiese publicado esos textos, a esta hora me seguiría muriendo de la pena. Recuerdo que tuve una clase de pesadilla, estaba en una cápsula espacial en donde vivía una tragedia personal al escapar de este planeta, al otro día comencé a escribir “Himen”, partiendo de un Prólogo y un Epílogo, y de ese trabajo de corrección quedé satisfecho con los cuatro cantos que lo conforman.

Al llegar 2007 ya tenía algunos poemarios publicados en el (ya desparecido) suplemente cultural Catedral, de ahí seleccioné lo que más me gustó y el plan era publicar un poemario de 69 páginas. Mi objetivo era lograr un coedición entre la BUAP y la entonces Secretaría de Cultura. Mientras se lograba, seguí escribiendo un concepto más maduro que dejé plasmado en “El mundo sin china” (p 95), a través de un desplegado y tres manifiestos. Así llegó el año 2010 y, como francamente no quería que mi libro tuviese los nombres de algunas personas despreciadas por la sociedad, esperé un poco más hasta que el libro llegó a las 120 páginas. El primer ejemplar salió de la imprenta el 19 de noviembre de 2014, luego de un trabajo intenso con Fomento Editorial de la BUAP y con el CECAP. Y tras varios cambios administrativos, que también influyeron en el tiempo de publicación, lo presenté oficialmente los días 26 de marzo y 23 de abril de 2015.

5. ¿Qué implicó, por qué los vetos de las instituciones?

-No hay vetos, a menos no oficialmente. No son las instituciones, son las personas. En diferentes actividades artísticas locales veo antipatías y complejos de inferioridad-superioridad. Publicar implica una serie de roces con el medio cultural donde están involucrados funcionarios y creadores dominados por el ego, funcionarios-creadores dominados por el ego, promotores-creadores dominados por el ego, periodistas-creadores dominados por el ego. Lograr un consenso es la parte más difícil y prácticamente imposible cuando no le simpatizas al portavoz de una comunidad, llámalo conductor-lector de noticias, reportero-artista, periodista-“estrella” del pop. De hecho, Alma de Ronda tardó un par de años más en salir por culpa de una funcionaria universitaria-promotora cultural que extravío mis textos en su oficina y que apenas me daba la mano para saludar, y esto pese a que sus jefes dieron el visto bueno y la instrucción para analizar la posible publicación. El libro pudo aparecer con otros dos sellos de instituciones privadas, pero su misma gente se encargó de echar a perder el plan.

En mi caso, como periodista, mi forma de ser y de proceder en el periodismo no ha sido bien recibida por muchos compañeros del gremio ni por muchos que se desenvuelven en el ámbito “culturoso” de esta ciudad, por ello entiendo que en las secciones culturales de algunos medios informativos ni siquiera se tomaran la molestia de informar sobre esta publicación. Hay demasiados prejuicios entre las jóvenes generaciones y hay vacas sagradas enquistadas en la inmovilidad de su gloria pasada y pasajera. Hay creadores-funcionarios-funcionarias de lo más corrupto, cínicos y mediocres; hay artistas que viven gracias al “cuatachismo” institucional y la sesión constante de viajes y becas. Como consecuencia hay falta de calidad, en general, en todas las actividades artísticas de esta ciudad; hacen falta personas con visión progresista y no sólo elitista. Repito, no son las instituciones, son las personas que las encabezan o que las representan quienes frenan el movimiento o lo centralizan: hay gente que sufre y genera un daño irreversible por tener equis cargo a cuestas.

6. ¿Cómo sientes que está el nivel de los poetas en Puebla, la difusión de su trabajo, la edición y distribución?

-Tengo en casa una serie de poemarios, textos sueltos, recortes de periódicos, libros, de poesía hecha en Puebla, hecha por poblanos y no poblanos, porque siempre he creído que para hablar de un tema hay que vivirlo. El primer poeta poblano que leí fue Enrique de Jesús Pimentel y de su libro (Catacumbas) recuerdo un par de poemas que me sacudieron, quizá porque lo escribió en una sintonía semejante a la que yo vivía en ese momento; un poema que me enchinó la piel lo escribió Víctor Toledo (“Mi padre no muere”) y ello me alentó a seguir adelante; en la presentación del primer libro de Mario Viveros supe que algún día también publicaría porque, ante todo él es uno de los poetas más serenos y constantes que hay en esta ciudad; algunos poemas de ciertos autores me enseñaron otras cosas entre líneas, sobre todo temas que no quiero y en los cuales nunca pienso incursionar.

De las chicas he aprendido a tener prudencia: Patricia Lezama, Paloma Villalobos, Gabriela Puente, María Villatoro, Judith Santopietro, representan parte del movimiento poético que por etapas se ha generado en Puebla hasta nuestros días. Tengo algunos ejemplares desafortunados de la serie Los antagónicos, que publicó el IMAC, y de la colección Asteriscos de la BUAP, y algunos de editoriales independientes que están de miedo porque denotan la falta de compromiso de sus autores, o la ceguera y la soberbia, o definitivamente tienen talento con serias limitaciones ; tengo por ahí mezclados algunos poemas sueltos que están de risa loca y que guardo porque siempre es bueno tener material para enseñar lo que no se debe hacer en poesía. Entre quienes son una constante por trabajo, la obra de Daniel Carpinteyro y Jorge Armando Hernández ha sido de lo más interesante en los últimos años. Y aquí viene el problema de la difusión: pocos o nadie quiere hacerse cargo; la difusión involucra más al propio poeta que debe encontrar los caminos para difundir su obra…

Hay que leer en público, a donde te inviten o a donde te abran la puerta, aquí en la ciudad hay días que puedes leer en el zócalo, en el Carolino o incluso en los microbuses como actividad oficial; no hay que menospreciar las oportunidades para leer, y en eso tanto Carpinteyro como Jorge Armando coinciden en absoluto y por ello es un placer trabajar a su lado… Lo de la edición es otro cantar, si es por una instancia oficial, a como está nuestra realidad sociopolítica, definitivamente no hay futuro; en cuanto a la distribución, también falta sensibilidad de los libreros, porque para muchos esto es un negocio, y si éste no deja ganancias de inmediato habrá que seguir vendiendo a Carlos Cuauhtémoc Sánchez y demás fauna por el estilo.

7. ¿Qué opinas de las políticas públicas en educación para sensibilizar hacia el arte?

-Las políticas públicas sólo son retórica muy ornamentada pero sin sustancia. Yo tuve que hacer fila, tocar la puerta, pasar por filtros, entrevistas, insistir, tuve que esperar los tiempos indicados a sabiendas de que hay fondos oficiales para estos menesteres y obtuve la “recompensa”. Afortunadamente la Internet te abre las puertas del mundo y la posibilidad de mostrar tu obra en otras partes del mundo.

No todo es responsabilidad de los gobiernos ni tampoco los funcionarios están obligados a fomentar la identidad cultural de las personas. Los políticos de hoy son negociantes, un proyecto cultural debe dejar ganancias desde su licitación, por ello no tiene caso actualizar los museos existentes cuando se puede construir uno monumental que permita desaparecer millones y millones de pesos. Por ello Calderón quería destrozar el Polifórum Cultural Siqueiros para poner ahí un hotel de cinco estrellas. Hoy las “élites” optaron por marearse y marear con posturas ridículas para explicar el arte contemporáneo, por ello tanta justificación a detalle sobre conceptos infames, por ello tanto charlatán suelto en las calles que deambula con el mote de “curador” y “co-curador”. Desgraciadamente los creadores y los protagonistas de la política siguen viendo a la obtención de la gloria como el fin único sobre todas las cosas, por ello se ven obligados a “triunfar” a costa de lo que sea.

8. ¿Qué opinión tienes acerca de la imagen visual de la ciudad de Puebla y el respeto a la zona histórica?

-Es lamentable ver cómo el sistema de “moches” está acabando con el Centro Histórico: entre vendedores ambulantes, dirigentes de ambulantes, tratantes de blancas, policías envilecidos, gobernantes avariciosos e ignorantes y un tráfico infame se ha dañado la imagen de esta hermosa ciudad. Hay muchos poblanos que odian serlo, hay muchos no poblanos que odian Puebla y hay muchos foráneos que vienen a sacar provecho de nuestra ruina. Entre todos ellos se formó un caldo de cultivo venenoso que tiene a la ciudad llena de basura, baches, hundimientos, hoyos, contaminación visual y auditiva, polución, caos.


La solución radica en el trabajo de quienes amamos esta ciudad, en quienes amamos un estado que comienza en Francisco Z. Mena y termina en Albino Zertuche. Contra toda adversidad hay que resistir el embate de la descomposición social. Tengo una canción llamada “Ser poblano es cool”, cuando la canto notó que mi actitud duele a quien cree habitar un barril sin fondo, porque resulta más fácil echarle la culpa a los demás de la desgracia particular. Y aunque sé que también soy parte del problema, trato de colaborar desde mi trinchera, la poesía, para que nuestra ciudad tenga cosas atractivas, movimiento cultural e identidad.

*Joaquín Ríos Martínez: Director de Metzcalli CuestiónArte, periodista cultural, fotógrafo, director de Foto Calli, y vocal titular en el sub comité de Catalogación de fotografía del Comité Técnico de Normalización Nacional de Documentación, de Conaculta. Contactos: FB Metzcalli CuestiónArte; Tw: @cuestionarte A.C. www.achtli05.blogspot.com