Frutas y verduras
Crónicas Angelopolitanas
Desde las 5:48 de la mañana tengo que lidiar con ellos.
Están distribuidos por toda la ciudad y causan más daño que una enfermedad
venérea, ya que los grandes baches descomponen la camioneta y cuando no hay que
cambiarle una llanta son los amortiguadores.
Don Arquímedes Teutle tiene una camioneta de reparto de
frutas y verduras a domicilio y hace sus entregas desde la Central de abasto
hacia el Barrio de san José, en el centro de la ciudad. Entre las entregas por
las calles y las pequeñas tiendas en los barrios del centro de Puebla ocupa sus
días acompañado de uno de sus seis hijos, el de en medio. La peor época del año
–dice- es la de lluvias porque se ponen muy mal las calles, no se salvan ni las
que tienen adoquín.
Esta cuchilla que lleva del estadio de fútbol hacia la
central se pone imposible de circular y es casi la única opción para entrarle.
Aquí en la zona de la colonia Maravillas y con tanto transporte público que
circula no duran los parches que vienen a hacer.
Imagínese, cometa, para las tres de la tarde ya estoy todo
sacudido y atolondrado de tanto rebotar por las calles y luego, aunque uno no
quiera pues cae en los hoyos que están cubiertos por el agua de la lluvia y que
no se pueden librar porque están en el paso. Ya me ha tocado pegar o que me
choquen por querer evitarlos.
Apenas la Secretaría de Desarrollo Urbano y Obras Públicas
dijo que iban a relaminar 30 mil metros de baches, pero para cuando llegan a
donde realmente se necesita ya se dañaron otros tantos, son muy lentos y además
comienzan por donde quieren y no por donde los concesionarios del transporte
necesitan.
Además –se queja- hacen sus trabajos con su gran maquinaria
en las horas que menos deben, ya que con tal de que las personas veamos que
están trabajando cierran calles durante el día cuando lo mejor sería que
hicieran estos arreglos por la noche, cuando el tráfico es menor. Dentro de
poco vienen las campañas de los políticos que ofrecen de todo y que no cumplen
nada –alega don Arquímedes- el bacheo y el alumbrado público, la seguridad, los
franeleros, las carreteras y los deslaves. Todo sería fácil si los “jefes”
vieran a futuro y no sólo engañarnos con promesas.
Ni modo que no se les ocurra que tapando de hoyito en hoyito
se gastan más que si arreglaran bien. Cuántos años tendrán ya las calles y ni
modo que aguanten para toda la vida, alguien tiene que invertir nuestros
impuestos en esos arreglos y no estarse echando la bolita después, que si le
toca al ayuntamiento o al gobierno estatal, dice con conocimiento de causa.
Tengo en este trabajo cerca de veinte años y de aquí les he
dado de comer y estudios a mi familia, hay como en todo temporadas buenas y
temporadas bajas, pero la verdad es que con las composturas a la camioneta cada
que se amuela no tengo suficiente para cambiarla.
Lo que más consumen los comercios a los que les entrego son
las frutas de temporada y el Chile poblano para preparar los Chiles en nogada.
Pero todo el año lo que más piden son las papas, las manzanas, el plátano, los
limones, las calabacitas, la lechuga, los Ejotes, la Papaya y los nopalitos, Jitomates y Cebollas, dice casi en una cantaleta.
En su tiempo la sandía es muy socorrida, así como la
naranja, la mandarina y el melón y creo que lo que menos me piden es la col, la
zanahoria, el betabel y los hongos, aunque yo siempre traigo cargando, dice
pelando los dientes. Ahora el Cacahuate de piñata, la Jícama y el limón, además
traigo colación para las piñatas y unos juguetitos para ayudarme económicamente.
La camioneta Ford azul deslavada de don Arquímedes se aleja
dando tumbos entre los baches, meciendo los guacales que utiliza como anaqueles
además de las dos básculas de dudosa reputación donde pesa el recaudo del día.
Su espejo retrovisor carga a la madrecita de todo México, y su defensa
posterior -que ha perdido el cromo- se despide diciendo “si te vi me vales
madres”.
Joaquín Ríos Martínez
Fotógrafo, lector de imágenes y periodista cultural
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home