domingo, septiembre 03, 2017

Siempre hay una emoción detrás de la imagen


Siempre hay una emoción detrás de la imagen: Lourdes Almeida

Joaquín Ríos Martínez*

Maestra ¿Qué es la imagen para usted?

-Es como la transformación de la realidad. Todos los fotógrafos al poner nuestra emoción al hacer las fotografías transformamos la realidad. Aparentemente es documental en ocasiones y aparentemente es lo que vemos, pero siempre hay una emoción detrás de esa imagen.


¿Se puede imaginar cosas que no conocemos?

-Yo diría que si.


¿Cómo aterriza esas imágenes para su trabajo fotográfico?

-Para mí las imágenes siempre están en la cabeza, después creo las escenas y no siempre son como las imaginé, a veces son mejores, a veces son un fiasco, pero eso es lo que más me gusta. Y también gusto de recrear la realidad y reinventarla. 

 ¿Cómo va organizando esas imágenes para después formar el documental?
-Yo creo que sólo es un ejercicio que requiere observación y disciplina para hacer primero el guión o acabarlo de definir para como lo queremos hacer. Y obviamente se requiere para después del conocimiento de la cámara y de la luz.

¿Cuál es la característica de su trabajo creativo?
-Es la foto construida que hace de cuenta cuentos. Aunque yo tengo trabajo documental como el de “Retrato de familia” que finalmente cuenta una historia, que es la de que somos un país pluriétnico y que no sólo somos inditos con sombrero.


Es muy importante incluir a la clase media y no nada más a nuestros “orgullos”, entre comillas, porque nuestras comunidades indígenas también tienen vestimentas maravillosas, pero que desgraciadamente las tenemos abandonadas, ¿Verdad? Pero son parte de nuestra sociedad.


¿Qué le decimos a los jóvenes que quieren incursionar en la fotografía?

-Yo les diría que piensen más qué fotos quieren hacer, que piensen sus encuadres y que no disparen nada más a lo tonto. Que se cuestionen acerca de lo que hacen. Tienen que ver mucho, y también ver muchos libros de fotografía.


¿Por qué es importante la memoria histórica?

-Nada más para que no crean que están inventando el hilo negro. A mis alumnos les enseño fotografías geniales de los Constructivistas, de los innovadores de principio del siglo XX. Esto es lo que están haciendo muchos, ahora en lugar de copias hay que ponerle emoción de otra forma.



¿Desde su experiencia dando clases, cómo ven los jóvenes su propia fragmentación del mundo?

-A mí me encanta trabajar con jóvenes, ya cuando quieren estudiar fotografía es porque tienen una idea más precisa. No tiran tan a lo baboso. Me encantan porque pueden ser muy innovadores, hay muchos Avant Gard. Me gusta como manejan las redes sociales que son habilidades que a veces a nosotros nos falta utilizar.


Y bueno, son cambios de paradigmas que debemos aceptar de buena manera. No hay que olvidar o dejar de lado los cambios y lo que ya se hizo.


Sigo pensando que los fotógrafos del siglo XIX eran geniales, vemos sus fotos y siguen increíbles, tienen presentaciones impecables, eran muy cuidadosos en todo.


¿Qué significa, en este momento de su vida, tan plena y madura, recibir la Medalla al mérito fotográfico?

-Siempre un reconocimiento a tu trabajo es padrísimo, me encantó. Pero antes del reconocimiento la parte expresiva ya estaba y el reconocimiento lo reafirma. Siempre se siente lindo un apapacho.


Le tocó una etapa interesantísima cuando se funda el periódico La Jornada, donde se reúne una generación de maestros que han hecho escuela.

-La Jornada tuvo una gran generación de fotógrafos documentalistas y al tiempo artistas. Marco Antonio Cruz, Pedro Valtierra, Rogelio Cuellar, o Francisco Mata Rosas entre otros, y si en ese momento eran buenos ahora cada día son mejores. Y este gran grupo escogimos llegar al periódico por la admiración que sentíamos por buena parte de los fundadores, con Carlos Payán a la cabeza.


¿Cuál es su próximo proyecto?

-Estoy haciendo ahorita el de “Zapatos de migrantes” exclusivamente con los zapatos de mexicanos quienes cruzan la frontera norte y el desierto.


¿Qué es el arte para usted?

-Lo que más me gusta es la parte lúdica, ya que hay que divertirnos. El arte es la forma de alimentar el espíritu y alma de las personas. Una forma tan directa como la del documental, pero podemos a través del arte invitar a la gente a reflexionar un poco.
 
Foto: Lourdes Almeida
Su trayectoria
Lourdes García Noriega, más conocida como Lourdes Almeida (Ciudad de México, 2 de junio de 1952) es una fotógrafa mexicana. Realizó sus estudios de fotografía en Florencia, Italia. Fue alumna del taller "Charlas de otoño" impartido por Manuel Álvarez Bravo. Desde 1978 ha tenido 100 exposiciones individuales en importantes museos de México, Latinoamérica, Estados Unidos, Europa y Asia. 


Ha participado en más de 300 exposiciones colectivas alrededor del mundo. Es considerada la maestra de la fotografía Polaroid experimental en México. Ha impartido varios talleres y conferencias de fotografía en varias Universidades de México como la UNAM, ITESO, la Universidad Iberoamericana, Tecnológico de Monterrey.


Su trabajo es parte de diferentes colecciones públicas y privadas entre las que se encuentran: La colección internacional de Polaroid (Cambridge, MS), Museum of Fine Arts (Houston); Southeast Museum of Photography, Daytona Beach Community College (Florida); Fundación Castilnovo en España; Museo Universitario del Chopo (UNAM, México); Casa de la Américas, La Habana, Cuba; Centro Wilfredo Lam, La Habana, Cuba; El Museo de los Ángeles, Turégano, España.


La fotografía de Lourdes Almeida retrata tanto la realidad como la fantasía. En su trabajo el cuerpo de la mujer es separado de la ideología que nuestra cultura le ha impuesto.  Su obra estudia también las imágenes religiosas comunes en nuestra cultura, además de las imágenes sociales y familiares.

La página del INAH comenta que: “Asomarse a la obra de Lourdes Almeida es escudriñar en un gabinete de curiosidades donde se encuentran fotografías maceradas en frascos, imágenes de sirenas de gasas flotantes, retratos de familia, escarabajos con cabeza de geisha y tacón en punta, huestes celestiales y zapatos perdidos a medio desierto; sus creaciones son una transgresión lúdica de los rígidos esquemas de los procesos fotográficos, inventiva por la cual este jueves 24 de agosto recibió la Medalla al Mérito Fotográfico 2017.

Lourdes Almeida es una de las autoras más versátiles de la fotografía mexicana contemporánea, sobre su obra se ha escrito una tesis en Historia del Arte y dos ensayos; además se han publicado nueve libros monográficos con su trabajo de autor. Sin embargo, su propuesta no siempre fue comprendida; en un periodo en el que la fotografía documental de denuncia emergía en México, hacia fines de los 70 e inicios de los 80, lo suyo, a decir de algunos críticos, eran “payasadas” y una “pérdida de tiempo”.


Al regresar al país proveniente de Florencia, Italia, donde realizó sus estudios de fotografía y aprender de viva voz de Manuel Álvarez Bravo la importancia de la espera y la reflexión detrás de cada toma, Lourdes Almeida encontró dos cómplices igualmente interesados en llevar la fotografía a territorios poco explorados: Gerardo Suter y Javier Hinojosa. Juntos formaron un espacio de experimentación al que llamaron el Taller de la Luz.


“Éramos tres curiosos inconformes, y la innovación a que nos atrevíamos siempre fue mediante el divertimento, nos proponíamos tareas, discutíamos. Pero en ese momento lo preponderante era la fotografía documental y el reportaje gráfico, por eso cuando El Taller de la Luz expuso en el Museo Carrillo Gil, incluso a Lázaro Blanco le otorgaron un premio a la crítica por destrozar nuestro trabajo.

*Joaquín Ríos Martínez. Fotógrafo, lector de imágenes, periodista cultural.

Pachuca de Soto, 24 de agosto de 2017

Lourdes Almeida (Para Foto Calli) 25 agosto 2017
Decimoctavo Encuentro Nacional de Fototecas. Pachuca, Hidalgo. Medalla al mérito fotográfico 2017