martes, febrero 19, 2013

El falo teleférico: Galí Boadella

Foto: Kino
El falo
tele-férico

Joaquín Ríos Mar-
tínez

Las obras del teleférico en Puebla están suspendidas por una orden federal porque atentaron contra una edificación histórica catalogada, destruyéndola por completo (la Plaza del Torno), además no hay estudios de Protección civil acerca de la profundidad en la que están ancladas, ni de los tirantes que aparentemente son insuficientes, recordó la investigadora e historiadora del arte Montserrat Galí Boadella. Es obvio que las agrupaciones de ingenieros civiles y el INAH locales no dan el ancho.


La asociación civil a la cual pertenezco ha denunciado estas acciones y ha puesto un amparo ante un juez federal ya que según las propias instancias: ni el ayuntamiento ni el Instituto Nacional de Antropología e Historia locales han otorgado los permisos. El amparo pues va en contra del Estado ya que estas acciones constituyen un delito que está tipificado en nuestra Ley de Monumentos Históricos y Patrimonio, que ameritan cárcel, acusó la académica.

La Asociación de Defensa del Patrimonio Histórico, Cultural y Ambiental de Puebla ha promovido el amparo específicamente por los daños irreversibles causados en el área del Barrio del Artista, y una demanda en contra del INAH, porque ellos debieron salvaguardar esta casa. Entonces el siguiente paso –continuó en entrevista Galí Boadella- es saber si hay motivos para suspender toda la obra. Este monumento contra natura, o monumento fálico está mal de inicio porque en esta parte de la ciudad no hay un desnivel suficientemente alto, por eso las torres son tan elevadas. Esto no nos sirve de nada a los ciudadanos y sí destruye el paisaje histórico cultural desde el centro hasta los fuertes.

Foto: Kino
En lo referente
al corredor turístico de la calle 2 norte, la integrante de la asociación señaló qué, es un maquillaje más a las fachadas y un dispendio de recursos sin igual. Pero esto tiene otras connotaciones como: la destrucción del tejido social del rumbo de san José, el cambio de uso de suelo, la elevación de las rentas de manera exorbitante, y la pérdida de la memoria histórica y cultural de ese importantísimo barrio.

Por lo pronto un amanera de defender ese patrimonio intangible es la creación de talleres de memoria oral en los que se preserve la cultura, las leyendas y la información que se tiene aún concentrada en las familias y lugares, y que datan de cientos de años atrás. La destrucción de las ciudades viene porque no las queremos y no las conocemos, aseguró la doctora en arte.