domingo, febrero 24, 2013

Arquitectura del saber

Foto: Kino
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Joaquín Ríos Martínez*

La “Arquitectura del saber: Los colegios de Puebla” es una monografía que se acerca al estudio histórico de los colegios de enseñanza superior y los seminarios que tuvo esta ciudad durante la época virreinal, indicó su autor Carlos Montero Pantoja, doctor en arquitectura.

Dichos lugares se han adjetivado como espacios del saber, vocación que aún conserva la ciudad de Puebla al acoger la mayor cantidad de universidades, buenas o malas. Sin embargo “esta vocación ahora compite con la de vocación turística de parque de diversiones, la cual no está respetando los lineamientos que se dieron a Puebla como patrimonio de la humanidad al infringir, por ejemplo, la altura de las construcciones en el Centro Histórico, la imposición de las torres del teleférico y la gran rueda de la fortuna”, acusó.

“Desde hace años en Puebla –continuó el maestro en arquitectura- no hay un proyecto que mire al futuro, seguimos ejerciendo programas urbanos que se quedaron en los años cincuentas y sesentas, en donde la solución está centrada en las vialidades y no en los peatones, no en los espacios de esparcimiento públicos como los parques, y muchos en crear un real sistema de transporte. Desde cualquier punto de la ciudad se podían admirar los volcanes, hoy lo que es parte del paisaje urbano son los edificios”.

Por ello –continuó el académico de la benemérita- un libro como este que se presenta, editado entre la BUAP y Ediciones de Educación y Cultura, cobra un significado relevante al hacer patente, que además de la vocación educativa, la arquitectura es una de las más reconocidas de la república en el mundo. En la época virreinal el 20 por ciento del territorio en Puebla eran construcciones dedicadas a la enseñanza.

Y para muestra ejemplificó con los colegios de El espíritu santo, san Jerónimo, san Luis, san Ignacio, san Ildefonso y san Javier, de la orden de los Jesuitas; y los tridentinos de san Juan, san Pedro, san Pablo y san Pantaleón, como los más representativos. Muchos de estos edificios fueron transformados con el paso del tiempo, como: la lucha contra la orden jesuita, las reformas borbónicas, la Independencia de México, y sobre todo por las Leyes de Reforma. Con ello se produjo el fraccionamiento de las edificaciones para su venta.

El propósito finalmente de este trabajo –señaló Montero Pantoja- es enaltecer y divulgar el legado arquitectónico singular de nuestro país, y de la gran zona monumental de Puebla, todavía señalado por la Unesco Patrimonio de la Humanidad, desde 1987.

*Para el diario Síntesis de Puebla.