Fernando Savater
■ CULTURA
revolución no sangrienta,
dijo el pensador
Fernando Savater
14/03/2014 04:00 Publicado por
Paula Carrizosa.
La Jornada de Oriente
La educación, indicó el pensador Fernando Savater Martín (San Sebastián,
España, 1947), es la “única revolución no sangrienta que puede cambiar a fondo
las cosas de un país; es la lucha en contra de la fatalidad, la pobreza y la
ignorancia”.
Durante su visita al Complejo Cultural Universitario (CCU) para
inaugurar la 27 Feria Nacional del Libro de la Universidad Autónoma de Puebla
(UAP), agregó que está convencido de que la educación debe ser una preocupación
pública, porque “si le va bien o mal afectará a toda la sociedad”.
Los comentarios giraron en torno a la presentación de su más reciente
libro Figuraciones mías. Sobre el gozo de leer y el riesgo de pensar, en la que
estuvo acompañado por el rector de la UAP Alfonso Esparza Ortiz, quien destacó
que la brevedad, la reflexión, el razonamiento y la importancia de mantener un
pensamiento crítico, son los hilos conductores del texto.
“Es un libro que atrapa, que tiene referencias amenas hacia la
educación, en una visión que se parece al lema de la universidad, pensar bien
para vivir mejor”, dijo el rector, en un mensaje breve para aludir a una de los
conceptos sobre el que gira el trabajo de Fernando Savater.
El filósofo español definió que Figuraciones mías integra un conjunto de
reflexiones sobre “sus preocupaciones, obsesiones y figuraciones” de la vida
cultural.
“En el texto hay autores que admiro y que intento sean admirados por el
lector, relacionándolos con el presente. Son grandes autores a los que abordo
desde sus facetas menos conocidas; con una parte dedicada a la educación, que
es el tema que más me ocupa y preocupa”, dijo Savater Martín, en el
significativo discurso que ofreció en el abarrotado Teatro del CCU.
Como ejemplo, mencionó que aparece la figura del ensayista, escritor y
poeta Octavio Paz (Ciudad de México, 1914–1998), de quien se celebra el
centenario de su natalicio este 2014. “Para mí fue un maestro, un amigo paciente y generoso conmigo. De joven,
como un acto juvenil, me dedicaba a leer El arco y la lira, un libro que ha
marcado mi desarrollo intelectual, y que crecería con la correspondencia y la
amistad, con su autor, quien potenció mi vida intelectual como la de muchos”,
señaló el autor del libro El jardín de las dudas.
Por ello, señaló que no hay que olvidar su faceta de “agitador cultural,
de aguijoneo intelectual” que hizo, por medio de varios medios, una labor que
es importante recordarla ahora como impulsor de otros autores.
En Figuraciones mías, completó su autor, hay un pequeño ensayo de Paz
como educador cívico, que tuvo una preocupación por hacer más claras y más
precisas las urgencias democráticas de su país, una “faceta que celebro”.
En otro momento, el filósofo y escritor que vino a México para
participar en las ferias de libro de Yucatán y Puebla se dijo un defensor de la
faceta humanista de la educación, ya que hoy “se da una importancia a la
ciencia y la tecnología, y parece que lo más importante es preparar a los
jóvenes en la investigación científica”.
Savater agregó que, pese a lo importante que parezca la ciencia y la
tecnología “son instrumentos, herramientas”, por lo que es necesario hacer una
reflexión para entender cuáles son sus fines y utilidad. Esos alcances, señaló,
se revelan por medio de la discusión filosófica.
“Es imprescindible que tengamos objetivos que perseguir con esas
herramientas, porque sí creemos en ellas por sí mismas, podemos caer en la
comercialización de la vida. Sería triste que el único valor sea el dinero, y
que el resto, la belleza, la solidaridad o la creación, fueran caprichos
individuales no compartidos”, manifestó el autor de Ética para Amador, el libro
con el que diversas generaciones se han acercado a la filosofía.
Para Fernando Savater el humanismo permite ir más allá de esas
estrecheces de la ciencia y la tecnología. El humanismo también propone que la
educación no sea solo la creación de empleados que buscan obtener un buen
puesto, “lo cual no es desdeñable”, sino que apuesta por una educación que haga
ciudadanos buenos y competentes que sepan utilizar sus derechos y deberes y que
conozcan las razones para obedecer y rebelarse.
“Esa ciudadanía completa intenta transmitir la educación, ya que está
consciente de que la humanidad no es un programa genético, sino es algo que nos
concedemos. Creo que el último objetivo de la educación es el desarrollo de la
humanidad que compartimos y nos damos, porque en esa medida aumentará y
mejorará la vida de cada uno”, expresó ante los atentos escuchas.
Agregó que en la escritura de Figuraciones mías no ha sido un filósofo
“de la talla de Kant o Heidegger”, sino que ha escrito como lo hiciera un
maestro de filosofía que busca acercar el pensamiento de los grandes pensadores
a cualquier lector, para que su conocimiento no sea patrimonio de unos pocos,
sino de todos.
En el texto Savater también dedica una parte a la reflexión de los
problemas de las nuevas tecnologías, al ciber espionaje y al control que
establece el poder. Una parte importante es la visión que hace sobre la
piratería y el internet, que es “donde se desborda la propiedad intelectual y
se amenaza la producción cultural”, una amenaza que es añeja, como ocurrió con
Miguel de Cervantes al conocer la versión apócrifa de su Quijote.
“El libro responde a una idea: en latín la palabra liber significa libro
y libre, y a mí siempre me ha gustado que sea libre el conocimiento, por lo que
trato de mantener esa ambivalencia de la libertad de la lectura y la
reflexión”, finalizó.
Las humanidades serán lo que se recuerde en el futuro
La visita de Fernando Savater a Puebla no terminó en el CCU, sino que se
continuó en la Biblioteca Palafoxiana. Ahí, entre funcionarios del gobierno
estatal encabezados por Luis Maldonado, secretario general de gobierno, el
filósofo español recibió la Clavis Palafoxianum y la “gran placa de la legión
de honor”.
La entrega de ambos distintivos, que se convirtió más en un acto
político que cultural, que solo citó a los burócratas vestidos de negro que
contrastaban con la vestimenta informal de Savater, fue para reconocer al autor
de más de 50 libros que tiene a la ética y la educación como estandarte. Ahí, durante un discurso breve, Fernando Savater señaló que México ha
estado en sus momentos más felices, por lo que no podría entender “su vida y
obra” sin este país.
A manera de elogio, dijo que la Biblioteca Palafoxiana era “un centro
humanista de América y del mundo”, pese a que el humanismo está en desuso y
retroceso, porque la ciencia y la tecnología son las disciplinas protagonistas.
Pese a esa prevalencia, indicó que las humanidades serán lo que se
recordará en el futuro. “Leemos a Anacreonte y a Platón con el mismo interés
que si hubieran sido escritos hoy, por encima de las obras que cuentan sobre la
ciencia más avanzada, como lo era la astronomía para los antiguos”, dijo,
señalando algunas repisas de la Palafoxiana.
Para Savater Martín serán las páginas la vida y la poesía las que se
leerán, porque están en plena actualidad. “Aquí se celebra el humanismo y hay
que entender que en un futuro la ciencia será vista con condescendencia
humorística por el pensamiento”, dijo el pensador.
Por último, consideró que era “una abrumadora responsabilidad este
homenaje, sobre todo al estar en el centro del corazón del mundo”.
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