jueves, marzo 14, 2013

Sucedió un cuerpo: Entrevista con Beti Meyer


Foto: Kino
Sucedió un cuerpo 

Joaquín Ríos Martínez*

Las mujeres y su relación con su físico se engarzan en quince narraciones bajo el título de Sucedió un cuerpo, el libro más reciente de la escritora y académica Beatriz Meyer Rodríguez, presentado en el contexto de la XXVI Feria Nacional del Libro de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP).

El libro intenta llenar un hueco acerca de mis preocupaciones: cómo nos relacionamos las mujeres con nuestro cuerpo en una época en la que ya se demanda usar capas y capas de ropa para ocultarnos, y que se tienen otras vertientes y fronteras, respondió en entrevista la narradora nacida en el Distrito Federal (1962), avecindada en Puebla desde hace muchos años.

Durante mucho tiempo y aún ahora hay demasiado bombardeo hacia la mujer en cuanto a los arquetipos a seguir, desde la televisión, la publicidad, el uso que se hace del cuerpo femenino como vehículo de ventas, objeto en la difusión publicitaria, en fin. Todo esto influye en nosotras las mujeres para tener una mala relación con el cuerpo, que muchas veces nos mantiene insatisfechas en varios aspectos, tan competitivos de estos tiempos, continuó la ex directora de la Sogem Puebla.

Las perversiones

Dentro de estas vertientes, además pudiera haber otros malos caminos como lo son las perversiones, mujeres que se conciben a si mismas como entidades desvaídas, o con una forma no definida, han encontrada la forma de hacerse visibles, continuó Meyer Rodríguez en su plática.

Por ejemplo, agregó la autora de Este lado del silencio (2000), el cuento que da nombre al libro trata de una mujer que, a través de un ejercicio de selección de hombres en su entorno configura mediante encuentro eróticos clandestinos, y cada tarde ella encuentra una definición personal de si misma. Emerge su cuerpo en el espejo y en la corporeidad imaginaria, y entonces Sucede un cuerpo, y en el momento que ella sale de allí deja de ser un cuerpo y se convierte en un idea de lo que fue.

El no poder completar este ciclo de arquetipos impuestos desde el extranjero lleva a la frustración y la baja autoestima y por allí puede entrar la violencia, ¿Lo crees así? Se le preguntó a la actual directora de la Escuela para Escritores de la Sogem.

Exactamente, muchas de estas situaciones tienen que ver con la violencia sin etiquetas, es una violencia que ase atrae por la falta de identidad propia o un concepto adecuado de uno mismo.

¿El amor?

¿Cuánto amor juega en tus historias? Una pregunta reiterativa. A lo que la escritora contesta: “¿qué es eso? No sé que pasa con el amor, creo qué es una construcción que se usa con las necesidades del momento. Pero la verdad es que es una palabrota inabarcable, y usado en pareja no es más que un profundo miedo a la soledad, y que a veces se traduce sólo en sexo.

Hay que pensar que también los seres humanos tenemos que responder a necesidades y la doble moral no lo permite abiertamente, sigue siendo muy criticado si las mujeres quieren sólo un encuentro de una noche, no responsabilidades o no querer entrar en una relación estable –continuó la autora del libro Las errantes (2003). Otro problema de esta mala relación con nuestros cuerpos, para las mujeres maduras es que entran en una dinámica de competencia y quieren revivir años idos a partir de cirugías, tratamientos y medicamentos que en muchas ocasiones son peligrosos. Se ha creado un culto al cuerpo mal entendido porque no es a través de cosas sanas, sino de intervenciones. Todo por no querer ser invisibles.

Hay un momento que se atraviesa en el que las mujeres están siendo abandonadas por sus maridos, se están divorciadas o “x”, los hijos en proceso de irse a formar su vida y, no quieren quedarse solas. Hoy, muchas campañas feministas están conformadas por mujeres veinteañeras que no conocen el discurso de cómo se ha educado al género a lo largo de los años, y que si bien esa educación tradicional está cambiando para bien aún no es lo que se busca.

Foto: Kino
La eterna competencia

Seguimos en un mundo patriarcal en donde la mujer sigue en competencia insana con ella misma, y el mejor ejemplo es al gran éxito que tienen, en todos los niveles, las campañas publicitarias de rejuvenecimiento. Todo esto y más se podrá encontrar en el libro ya que la literatura tiene ese poder establecer vínculos con la realidad, los procesos de destrucción y la razón, afirmó la también autora de Sucedió un cuerpo.

El libro sufrió un poco al momento de su dictaminación (hecha por hombres) porque me pidieron que quitara unos cuentos que no les parecían propios pero contesté que No, y afortunadamente aparecen en esta edición. Temas como la pederastia.

Sucedió un cuerpo, editado por la BUAP, podrá encontrarse en la XXVI Feria Nacional del Libro en el complejo cultural, a precio especial.

*Para el diario Síntesis de Puebla, 14 de marzo de 2013.