jueves, agosto 16, 2012

Peña Nieto es un corrupto: Lechuga

La letra es la tristeza
de la que estamos
hechos los escibientes

Joaquín Ríos Martínez*


La novela gotas.de.mercurio se fue gestando desde hace diez años aproximadamente, un texto duro, lleno de traiciones y deslealtades fraternas que muestran el miedo, los recuerdos y la vida de excesos de droga, alcohol y noches interminables que me sucedieron al comienzo de la búsqueda literaria, respondió en entrevista su autor, Edson Lechuga (Pahuatlán, Puebla. 1970).

El libro se fue tejiendo a partir de las anécdotas y cuestionamientos que tenía que compartir del pasado remoto, y del presente -explica-, sin embargo tal cantidad de información no la había podido terminar de digerir, hasta que de súbito, en un viaje del D.F. a Xalapa tuve una de esas extrañas revelaciones en la que pude ir acomodando ese cúmulo de vivencias, que se etiquetan en la soledad, la reflexión y la tristeza.

Ya entre 2009 y 2011 me senté a prepararla con el suficiente pulso emocional e intelectual para un proyecto tan rabiosamente intenso, continuó Edson Lechuga. Lo textual para mi es –responde- la única manera de relacionarme con esta jodida realidad que se vive y que es arrogante, inamovible y terca. Todo parte del recuerdo de un hombre tirado bajo un mingitorio, sangrando de la cara y encontrándose con la punta de una bota violenta que le estrella el rostro.

Las sacudidas del pasado

Una de las cosas que más me sacuden es el pasado –expresó el autor de Elefantes y papalotes, 2011-, los recuerdos en la memoria, por su inasibilidad porque de ellos nunca estaremos plenamente seguros, el pasado se modifica porque lo vamos adaptando a nuestras necesidades, aún y que esté respaldado con textos e imágenes. Con el paso del tiempo los recuerdos se hacen borrosos, podemos fusionarlos con otros y hacerlo uno o confundirlos.

Al juntar todo ese mundo de información me dije: en qué chingaos me estoy metiendo, y la novela se fue a cuatro o cinco niveles de lectura: el pasado remoto, el pasado reciente, el presente riguroso, pero hay también una historia dentro de la historia “un maestro universitario que está escribiendo una historia que se llama gotas de mercurio, que se cuenta también en el libro; además de tres triángulos amorosos, y plásticamente unas viñetas de imágenes que son profusamente explicadas, analiza el autor.

Dentro de toda esta complejidad por los diferentes escenarios de la lectura en la novela –continuó el también autor de Luz de Luciérnagas, 2010-, y de lo metaliterario me di cuenta de que contar la historia de manera lineal era imposible, entonces la corte y la distribuí por ambientes atmosféricos.

De Pahuatlán al mundo


Pahuatlán no sólo es mi lugar de origen, allí me constituí y gracias a ello tengo esta idiosincrasia pueblerina y hasta campesina, señala el escritor de cuentos y novelas, que no me ha dejado mantener una relación cordial con la ciudad de Puebla, pero si con la de México, esa insalubre, caótica y enfermiza ciudad de México donde me encontré muy bien pero a chingadazos. La ciudad es madrastra de todos y madre de nadie.

En los años 80, que es cuando estoy en el Distrito Federal, yo escribía literalmente para salvarme de algo, estuve en drogas y alcohol por años, y allí empezó la construcción de algo marginal, experimental. De allá a Estados Unidos, luego a Cuba y finalmente Barcelona, a donde llegué con proyectos en mente y libros bajo el brazo, recuerda el escritor.

Desde México Europa se ve enorme, parece que están haciendo las grandes cosas, la tierra del arte y la cultura y, no lo es tanto. El discurso narrativo que hoy se vive en España peca de Cartesiano, o sea muy políticamente correcto, muy bien escrito, no se dan la oportunidad de jugar con el lenguaje como nosotros; y tal vez ello es lo que me ha hecho coleccionar cartas de rechazo de las editoriales que dicen “nuestros criterios editoriales con coinciden con su obra, pero no deje de mandarnos su próximo trabajo”, (risas de ambos).

En el caso de Puebla la ciudad nació de la alcurnia española y aún se mantienen rasgos de esa aristocracia que hoy ya no empata con la sociedad, la cual quiere una relación horizontal con el poder. Y la literatura aquí no es la excepción, se tejen relaciones entre colegas pero verticales, se marca la línea.

Lo que marca la historia

En este momento histórico las izquierdas deberían de jugar un papel más riguroso en la política mexicana, sin embargo expresó el autor de El canto de los búhos, están divididos por sus muy diferentes ideologías y metas. El PRI no responde a nada y desgraciadamente está avalado por la terrible pobreza de la sociedad mexicana en varios aspectos: como el intelectual, crítico, económico, político y gran parte de ello viene de una mediocre educación y del adiestramiento sistematizado de las masas muy bien calibrado para la manipulación, acusó el entrevistado. Además a ello se suma, la jodida, insultante y pinchísima televisión que se tiene. Pero así es este país, Peña Nieto es un gran corrupto y desgraciadamente será el presidente.

*Para el diario Síntesis de Puebla