viernes, enero 06, 2012

Sensu Lato

La innovación
cultural

Ana Carlota Muñiz G*

El espectro de la cultura mexicana es exorbitante; es un ente vivo que sigue creciendo con la constante exposición a nuevas culturas, con la incesante redefinición de la nuestra, con el descubrimiento de nuevas tecnologías y con los resultados de una mezcla sistemática de influencias pasadas, presentes y futuras. La verdadera heterogeneidad del acervo cultural mexicano puede llegar a escapar de nuestra percepción por varias razones, principalmente: la falta de difusión e intercambio a nivel nacional alimentada por el centralismo cultural, y las brechas existentes entre la educación, investigación, entrenamiento, práctica y política en el ámbito cultural.


Es necesario buscar nuevas técnicas que nos permitan luchar de manera distinta contra estos retos, desafiando la serie de características de nuestro país que previenen el avance y la democratización cultural. La clave está en la innovación. Cada vez más, distintas regiones del mundo han apostado a la innovación como una solución a la falta de difusión, de creación de políticas públicas acertadas, de espacios culturales y de oportunidades. Al impulsar la innovación, se debe estimular también el intercambio de conocimiento, investigación comparativa, experiencias y puntos de vista; por tanto, es vital asesorar un mejor entrenamiento en el ámbito de administración cultural, con una visión nacional e inclusiva de los distintos enfoques culturales y artísticos del vasto territorio mexicano.


En Europa existen varias organizaciones dedicadas a impulsar precisamente estas áreas. Tal es el caso de ENCATC, la red europea líder en Administración Cultural y Educación sobre Política Cultural, que une el conocimiento de universidades, centros de entrenamiento y organizaciones culturales. El objetivo de este tipo de organizaciones no es homogeneizar la cultura, sino aprehender la diversidad, estimularla y compartirla.

Centralismo cultural A pesar de que en la Unión Europea la red abarca varias naciones, el ejemplo puede ser aplicable en nuestro caso a nivel nacional debido a la diversidad cultural tanto regional como histórica. El centralismo cultural en México, que por lo general gira alrededor del Distrito Federal olvidando otras regiones igualmente culturales, impide en muchos casos el intercambio de ideas que enriquezcan el nivel cultural. Esto es cierto sobre todo en casos institucionales: en exposiciones artísticas, en producción literaria, y en becas y mecenazgos que impulsen la creación cultural; por lo general tienen su apogeo en la capital y a un menor nivel en otras ciudades importantes, mientras que otras regiones sufren de olvido constante. Aun cuando se realiza un intercambio “regional”, muchas veces resulta carente y unilateral.


El intercambio es necesario para la cohesión social y la democratización cultural, hasta llegar al momento en el que incluso esa palabra se sustituya por la más acertada “unión” cultural, en donde la cultura sigue siendo diversa más no desigual, apreciada en su variedad y como un todo nacional de igual acceso para la población.


Es por esto que es necesario apostar a la innovación, utilizando las nuevas tecnologías para encontrar maneras de difusión alternas e inexplotadas. Lo ideal sería una política pública cultural inclusiva en términos reales y una verdadera educación administrativa cultural a aquellos pertinentes; pero se debe comenzar por la creación de redes, técnicas y espacios innovadores y creativos que impulsen la coalición verdadera del mundo cultural.


Al igual que en otras partes del mundo, se deben aprovechar al máximo las herramientas tecnológicas y usar la creatividad: interacción por medio de las redes sociales e internet, la renovación de lugares históricos utilizando la conjugación del pasado y el futuro, la percepción de la ciudad como un ente cultural de participación, la difusión creativa, etcétera.

Con la unión de voces y conocimiento se pueden hallar formas de difundir a nuevos públicos la cultura histórica y estimular la creación de nuevas expresiones. La innovación debe buscar siempre crear nuevos espectadores, espacios más allá de los habituales e interacciones culturales que permitan voz y voto cultural a todos los individuos.

* Licenciada en Periodismo y Medios de Información por el Tecnológico de Monterrey campus Monterrey.