miércoles, noviembre 02, 2011

Entrevista a Cuevas en Puebla


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Sin conocerlo
todo intuyo un
arte actual que
da asco: Cuevas

Joaquín Ríos Martínez*




La noche del jueves estuvo en Puebla el miembro prominente de la otrora Generación de la ruptura quien a lado de Manuel Felguérez y Lilia Carrillo, Vicente Rojo o Fernando García Ponce, entre otros, transformaron el paradigma del arte en México. Creador, junto a otros artistas plásticos, del concepto de la Cortina del Nopal (1958), simbología contemporánea inmaterial creada para alejarse del trabajo e identificación nacional con los maestros muralistas, ese trío constituido por Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y Orozco; el maestro José Luis Cuevas (Ciudad de México, 1934).


Terminado el tumulto de seguidores y asistentes a la muestra de 98 de sus obras selectas de mediano y gran formato en grabado, y de una docena de maquetas para sus esculturas monumentales (de seis metros de altura), nos acercamos al ex Enfant Terrible para una entrevista a la que amablemente accedió. “Los “artistas” actuales están más interesados en el dinero, en la imagen, en qué el Estado los voltee a ver; hoy hay una prostitución artística que me da asco”, entre sus respuestas.


¿Maestro qué hay tras la vida de un creador tan polémico después de más de 50 años de creación y casi 70 de edad, el año entrante?

-Hay mucha capacidad para el trabajo en las artes plásticas, para la disciplina y la experimentación de técnicas novedosas. Esto se puede apreciar en esta exposición que me hacen hoy en Puebla en la Galería de Arte Contemporáneo, una muestra verdaderamente excepcional donde se encuentran varias manifestaciones y técnicas dentro de la gráfica y la escultura.

A los 19 años parte hacia caminos insospechados ¿qué esperaba?


-Antes de cumplir 19 años yo ya me sentía listo para salir a conquistar el mundo de las artes, fui a París y a Nueva York con plena confianza de que había alcanzado una madurez en muchos sentidos, y la destreza necesaria en el arte como para poder sustentar grandes exposiciones.


Entre 1944 y 1946 José Luis Cuevas ingresa como alumno irregular a la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado “La Esmeralda”, donde levanta los más diversos comentarios, sin embargo una fiebre reumática lo obliga a abandonar sus estudios y a guardar cama durante dos años, tiempo en el que cultiva la lectura y el dibujo.


Por su puesto continúa su texto de vida, y “sin renunciar a su vocación realiza sus primeros grabados asesorado por Lola Cueto, en el México City Collage, e imparte clases de Historia del Arte, en el Instituto Coronet Hall. Para 1948 en el modesto local del Seminario Axiológico hace su primera exposición, de la que no queda huella al haberse desprendido los dibujos de la pared, siendo pisados y mojados por los asistentes en aquella tarde lluviosa de la apertura”.


¿Maestro cómo ve su propia obra al paso de los años?


-Sinceramente te digo que con mucha satisfacción y con un orgullo muy grande porque después de tantos años mi obra anterior o la más reciente sigue gustando, las personas siguen muy interesadas en ir a las exposiciones, y eso es muy gratificante.


No es sencillo hacer escuela y mucho menos en estos tiempos donde el arte es desechable; a mis exposiciones retrospectivas vienen todo tipo de asistentes, unos por curiosidad, otros que conocen la obra y muchos otros atraídos por el nombre, aunque no me conozcan.

Mientras realizamos la entrevista exclusiva se acercan decenas de personas intentando pedir un autógrafo y por supuesto sacarse una fotografía del inolvidable encuentro. José Luis Cuevas es otro, no es más el altanero creador de atmósferas de vida que ventilaba sus aventuras, ni el gritón que ejercía su poder tras la Giganta en su propio museo del Centro Histórico de la Ciudad Chilanga.


Hoy el maestro es amable, dulce, simpático y bromista, desde sus ojos verdes asoman las cuentas que la vida cobra y el cansancio es evidente, una vida llena de sofisticación, excesos y talento volcado en los viajes por el mundo acusan el momento de reflexión al que tenemos derecho todos los humanos. No es más el Gato Macho del Cuevario.


En 1953 en la Galería Prisse, presenta su primera exposición individual formal, de la que Margarita Nelken escribe elogiosas críticas en el diario Excélsior. Allí comienza una nueva vida rodeada de los grandes artistas del mundo. En 1959 conoce en Buenos Aires a Jorge Luis Borges, con quien inicia una gran amistad; ese mismo año gana el Primer Premio Internacional de Dibujo de la Bienal de Sao Paulo, Brasil.


¿Cómo ve el desarrollo del arte actual en Méxicol?


-Usas bien el término, es actual, no contemporáneo porque ese ya fue y fue bueno. Hoy el arte está hecho por “jóvenes cuarentones” sin talento ni gracia.


Y si bien mis constantes viajes no me dejan conocer a profundidad lo que se hace en México si lo sigo a través de las revistas y lo veo en imágenes, desde allí me hago buena idea de lo que veo. Los “artistas” actuales están más interesados en el dinero, en la imagen, en que el Estado los voltee a ver; hoy hay una prostitución artística que me da asco.


¿Esto está ligado al caos que vivimos en el mundo del arte, maestro?


-Yo creo que si. Vivimos caos pero también la pérdida de muchas cosas humanas, y por ello el arte actual se ha convertido, desde hace tiempo, en una manifestación tan simple y carente de profundidad que me provoca indistintamente un sentimiento de rechazo.


Pero este caos no es gratuito, desde hace años el Estado ha posado su mirada en muchos artistas jóvenes o de nueva generación a quienes puede coptar y quienes están en la búsqueda de promoción fácil. Ambos creen que son comerciantes del arte, pero lo ven más bien como su sustento de vida, y no como la vida misma. Lo que si es claro es que algo está mal y es terrible.


La exposición Cuevas en Puebla podrá apreciarse en la Galería de Arte Moderno y Contemporáneo (12 norte 607) hasta el 8 de enero de 2012. Martes a domingo de 10 a 17 horas.

*Publicada en Síntesis de Puebla 30 de octubre 2011.