martes, octubre 11, 2011

Literatura en la prepa Zapata


Rubén Don, autor de Nos veremos en el infierno, Kurt Cobain, califica a su novela como una especie de retrato de “una de las generaciones más desencantadas”, la que vivió su adolescencia en la década de los noventa y encontró refugio en la música y en los excesos.
“Es verdad que la adolescencia es una etapa de rebeldía sea cual sea la época, por eso yo tenía ganas de retratar la época de los noventas, una época en la que muchos de nosotros fuimos adolescentes. Me parece que fue una época muy particular, ya que por un lado vivíamos el desencanto de fin de siglo, de un sistema colmado de vacío, y por otro se avecinaba el supuesto fin de milenio que no auguraba nada esperanzador”, describe el escritor.


Editada por la Dirección General de Publicaciones (DGP) del Conaculta, Nos veremos en el infierno, Kurt Cobain es la historia de Julián Santander, un adolescente que al final de los noventas vive un desencanto generalizado que comparte con varios de sus compañeros de preparatoria. Ante los excesos que vive día a día, el personaje encuentra consuelo entre la música de la época, el recuerdo de su ex novia y la terapeuta del colegio al que asiste, con quien termina entablando algo más que una amistad.

La novela está contada en tiempo presente y primera persona por Santander, quien se vale del flashback para narrar todo lo que les ha ido ocurriendo a él y a sus amigos en el pasado.


“Hay en la forma de narrar mucho de lenguaje cinematográfico. Esa interposición entre lo que el personaje va viviendo y lo que va recordando. Hay un hilo de tensión a lo largo de la historia sobre algo que él vio, cuyo contexto se da en el primer capítulo, y que se va revelando a medida que avanza la narración. Está escrita a un ritmo vertiginoso como sólo las drogas, el sexo y la música podían imprimirle a la alocada adolescencia de Santander y su grupo de amigos”, explica Rubén Don.


Sobre cómo vincula a Nirvana en su novela, el escritor refiere que fue el protagonista quien poco a poco lo orilló hacia el grupo. “El desencanto ahí estaba, la necesidad de huir ahí estaba, y entonces surge este personaje que es su mejor amigo, el Kurt, quien es un fan tremendo de Cobain y que va arrastrando la historia hacia el grunge”.


Las constantes referencias del autor a la vida y obra de Cobain, uno de los máximos iconos de esta “generación perdida”, hacen de esta novela una suerte de narración emblemática y un homenaje al compositor vocalista y guitarrista de Nirvana, justo 20 años después de la aparición de Nevermind, disco cumbre de la agrupación que para muchos significó un giro definitivo en el rumbo de la música.


La llegada de Nevermind en 1991 marcó el comienzo de un cambio dramático en la escena musical de su época, alejándola de los géneros dominantes de los años 80, el glam metal y el pop del tipo radio friendly, y llevando al ascenso al rock alternativo y su subgénero el grunge, convirtiendo a este último en el género dominante de la primera mitad de la década, y preparando el camino para que el rock alternativo siguiera como dominante el resto de la década.


acido en la Ciudad de México en 1977, Rubén Don es licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Justo Sierra. Ha sido corresponsal en México de la Agencia Internacional de Noticias Literarias Librusa, colaborador del suplemento Arena del periódico Excélsior, editor web y redactor de las revistas Conozca Más y PC Magazine. Textos suyos han aparecido en las revistas Cultura Urbana, El Universo del Búho y Nostromo, entre otras.


Es autor de las novelas: La consecuencia de los días, Premio Nacional de Narradores Jóvenes 2005, y Negativos extraviados en el placard. Actualmente colabora en la revista Swishy, para los portales Homines y Espiral, y escribe a cuatro manos la novela Casa de campo con el escritor argentino Alejandro Cavalli.

Nos veremos en el infierno, Kurt Cobain se presentará el próximo miércoles 19 en la Preparatoria Emiliano Zapata, 4 norte núm. 6, Centro Histórico, Puebla, Puebla.