jueves, junio 27, 2013

La situación cultural de la conciencia intelectual y de la vida artística y literaria en América Latina, así como la existencia de un cuerpo literario, artístico, arquitectónico, y lingüístico absolutamente autónomo al que se llama América Latina, fueron tratados en la conferencia “Viaje al final del paraíso”, del filósofo español Eduardo Subirats.


Momentos antes de su conferencia magistral en el salón Paraninfo de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla el académico e intelectual accedió a platicar acerca de su postura en el arte y de los planteamientos en la literatura y sus independencias nacionales sistemáticamente cuestionadas por los poderes corporativos globales, por ejemplo.

En este sentido aquella manera de ver plantea –explicó Eduardo Subirats (Barcelona, 1947) ensayista autor de Violencia y civilización (2006)- la inexistencia de una conciencia intelectual literaria capaz de plantear a América Latina como un todo, y a una serie de movimientos artísticos fundamentales del siglo XX, tales como el muralismo en México, la vanguardia Antropofágica, el Tropicalismo en Brasil y, el marxismo típico con algunos intelectuales en el Perú, todo ello como un legado que hoy es preciso debatir para reactualizar y replantear en el contexto de la crisis que vivimos actualmente.

¿Por qué al muralismo mexicano le costó tanto trabajo trascender en el tiempo, e incluso fue relegado? Se le preguntó al investigador de la Universidad de Nueva York.

-En efecto duró muy poco, el muralismo estuvo en la escena norteamericana y en el mundo hasta 1936, desde que a sus creadores máximos se les prohíbe entrar a Estados Unidos, y poco después cuando el Museo de Arte Moderno decreta que el Muralismo era antimoderno, autoritario y comunista. En 1945 durante la nueva era imperialista el Muralismo desaparece definitivamente del mapa. Así pasó con la dictadura en Brasil en el año 30 cuando manifestó la intolerancia hacia el movimiento Antropofaguista.

Todo esto merece ser replanteado en la actualidad para saber más acerca de la postura política, estética, de valor y originalidad -absolutamente vanguardista y reflexiva-, de esos movimientos en el arte. Pero además para conocer las “malas artes” que utilizó la Academia de Museografía americana para silenciarlos y marginarlos a un estatuto local, refiere el autor de Viaje al final del paraíso (2004).

¿Cómo describes la Estética en el arte?

-La Estética nace en el mundo griego como una teoría de lo bello a partir de una experiencia religiosa-mística. Platón funda esta teoría filosófica como resultado de una experiencia individual de los misterios, vistos éstos como un itinerario de iniciación mística a partir del cual se experimenta la perfección del ser y su carácter sagrado. Después Kant, entre otros, plantea también la Estética de lo feo, como producto del mismo ser humano.

¿Se puede distinguir el buen arte del que no lo es, independientemente de tu bagaje cultural?

-Es difícil decirlo, creo que es una diferenciación natural e instintiva, pero fundamentalmente es un problema de sensibilidad porque si una obra de arte no habla a una conciencia pre racional o pre científica entonces no es arte. Aunque obviamente hay un proceso de entrenamiento intelectual que puede apoyar a lograr esta experiencia estética instintiva, finaliza el autor de Contra la razón destructiva (1979).

“Subirats no soslaya el aspecto central de la modernidad estética: la crisis de la representación que se traduce en la literatura por el antirrealismo y en las artes visuales, en la abstracción. , citó a nuestro entrevistado Silvia Inés Cárcamo.