El sueño (boletín)
Imágenes: Museo Amparo
El sueño de Mirra y otras constelaciones
• El sábado 1 de febrero a las 12:00 horas se
inaugurará la exposición de la artista brasileña
Regina Silveira.
• La artista ha realizado una intervención en
el cubo de cristal del Vestíbulo del Museo Amparo.
• Diseños del imaginario popular de Puebla a
manera de un bordado monumental en punto de
cruz dan un nuevo
significado al espacio.
La artista
brasileña Regina Silveira presenta una intervención realizada ex-profeso para
el cubo de cristal
del Vestíbulo del
Museo Amparo, donde a través de una metáfora plástica transforma el espacio y
brinda un nuevo significado a este lugar. Es a través de diseños de animales
apropriados del imaginario popular en Puebla y realizados a gran escala en
vinil recortado, agrandados al punto de llegar casi a la abstracción, que la
artista recrea un bordado monumental en punto de cruz, integrado a los muros. A
este bordado gigante agrega también agujas e hilos a manera de un bordado en
proceso.
La intervención
se llama El sueño de Mirra, haciendo alusión a la China Poblana, cuyo verdadero
nombre era Mirra, una princesa que trajeron de Asia a Puebla y a quien
legendariamente se atribuye este tipo de bordados. En el espacio del Vestíbulo
los puntos de cruz que Regina eligió para presentar los diseños bordados,
reflejan los tejidos de la región, buscando imaginariamente revestir y calentar
los muros de vidrio y así reafirmar la identidad poblana.
En total son más
de 600 metros cuadrados de vinil recortado los que se han colocado en los muros
del Vestíbulo. Regina Silveira presenta además en tres salas del Museo, una
constelaciónde doce maquetas y 6 videos de proyectos realizados en otros
lugares del mundo. Las maquetas funcionan como estrategias de permanencia de
sus intervenciones, generalmente efímeras y temporales. Los motivos de las
sombras y las huellas son habituales entre las imágenes que inscribe en los
edificios, confrontando la grandiosidad y permanencia de la construcción con la
fugacidad de lo pasajero: pisadas, trazados de llantas, reflejos luminosos,
sombras, huellas de animales, nubes.
Aunado a las
maquetas se presenta a escala real la obra Mundus Admirabilismisma que presentó
por primera ocasión en la exposición “Jardínes de Poder” en Brasilia y que
representa una metáfora realizada con insectos dañinos tomados de tratados de
historia natural. En esta obra los insectos malos aislados en una gran jaula,
hacían alusión a la vida política en Brasilia y específicamente a la lucha de
poder y a la corrupción. En distintos formatos, desde 2007 a la fecha, esta
misma obra fue exhibida en el Museu da Pampulha (Belo Horizonte), en la muestra
Philagrafika (Philadelphia), en la Bienal de Poznan (Polonia), en Fundación
Iberê Camargo (Porto Alegre) y en el Museu de Arte de Sao Paulo.
•
Sobre Regina
Silveira y su obra, el Dr. Alberto López Cuenca escribió:
La arquitectura
es de un modo fundamental, aunque quizás no evidente, un espacio de escritura.
Por eso siempre dice algo, aunque se presente impoluta y traslúcida, como en el
Vestíbulo de este renovado Museo Amparo. Por eso es posible reescribir sobre
ella, intervenirla para hacerla contar una historia distinta a la que narra.
Un bordado no
parece ser la mejor manera de contar otra historia. Sin embargo, como los muros
blancos del museo, dice mucho al parecer no querer decir nada. ¿De qué nos
habla su silencio? Es notorio el silencio histórico de las mujeres y el
anonimato de sus formas de escritura. El bordado es un recordatorio de ello: no
tiene autora y sirve las más de las veces de mero ornamento. Las historias
meritorias, se nos ha dicho, se esculpen en mármol y se yerguen en monumentos
con nombres y fechas. Sin embargo, los temas y las imágenes que se trenzan en
el bordado son públicas y populares –motivos vegetales y animales, escenas
cotidianas. Nada muy heroico: ninguna batalla ni ningún militar victorioso de
familia de abolengo.
El bordado cuenta su historia sin nombres propios, lo que
es llamativo, pues la narración local de la empresa textil no es anónima; tiene
una larga tradición en Puebla y se entreteje con su pasado más noble y el de
algunos de sus hombres más connotados, que dan nombre a sus calles. El
esplendor de la industria textil se da en el siglo XIX, precisamente cuando se
populariza la imagen de la china poblana, de blusa bordada y rebozo, que es
anónima como los motivos de un bordado.
Toda arquitectura
habla, pues, y cuenta su historia. Hay que interrogarla, al igual que la ciudad
que habita. Por eso, las puntadas de este bordado imaginario, de este sueño de
píxeles agigantados, se dan no sólo sobre las paredes del museo sino sobre la
historia y el imaginario local. Hay que entrar en él y salir de él. Hay que
continuar tejiéndolo pues está lleno de huecos y vacíos y olvidos. Aún muestra
los flecos que están por enhebrarse. Son la mirada del espectador, su cuerpo y
su memoria, los que tienen que hilarlos. Como cualquier historia, este bordado
muestra tanto como oculta.
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