lunes, noviembre 25, 2013

El círculo de la presencia

Publicó Carlos Azar un poemario íntimo y personal con su padre, el dramaturgo Héctor Azar


Publicado por Paula Carrizosa en noviembre 22, 2013 Jornada de Oriente, en Cultura Puebla

Carlos Azar durante la presentación de su poemario

Resultado de “la necedad y la terquedad” de su autor, pero también del profundo cariño, respeto y cercanía a la figura de su padre, el dramaturgo, director y promotor del teatro Héctor Azar (Atlixco, Puebla 1930–2000), es el poemario El círculo de la presencia, de Carlos Azar Manzur (Ciudad de México, 1970), presentado ayer en la Biblioteca Palafoxiana.

El texto, publicado por el joven sello Elefanta Ediciones que dirige Emiliano Becerril, contiene poemas escritos en diversos tiempos: a un año del fallecimiento de Héctor Azar, alrededor de 2005, para provocar un diálogo con el conjunto de versos primeros, y el tercero, en 2008, con el encuentro de una composición del inglés Jonathan Harvey, Lloro a los muertos y convoco a los vivos, que cierra libro con un lamento.

“Escribía poemas sin un camino, con versos que iban surgiendo como arena en el mar, pero que eran necesarios porque habría que dialogar entre él y yo. Años después con la obra musical, estructuré el poemario en tres poemas largos, dos entremeses y un epílogo, siguiendo la escala cromática de la música de Harvey”, explicó Carlos Azar durante una entrevista.

Continuó que el libro abre con una loa, Desconocido, a la manera en que los concebía Sor Juana Inés de la Cruz para explicar la obra; además de que incluye tres poemas largos llamados elegías, que son Palabras imprecisas sobre la muerte de mi padre, Palabras confusas sobre la vida de un hijo” y Cuento las horas fugaces, lloro a los muertos y convoco a los vivos”, tomada de la canción de Harvey.

Asimismo, se incluyen un par de entremeses Sueño en invierno y Sueño en verano, mismo que funcionan como actos intermedios que dialogan con la obra. Cierra con un epílogo, El ciego vuelve, el polvo… con el que el poemario “cae en una desestructura, ya que las palabras caen y se derrumban”.

Al final, consideró Carlos Azar, El círculo de la presencia es poemario honesto y personal, que habla de la relación que tuvo con su padre, con la idea de desenmarañar a la figura paterna más que a la figura pública, siendo él como “un vouyerista que ve y está atento a esa relación”.

En ese sentido, recalcó que Héctor Azar padre no era distinto al dramaturgo, director, funcionario y gestor: “Era un hombre que provocaba tormentas, y si eso le sumamos la complicación de la convivencia diaria, se fomentaba el conflicto, casi necesariamente el mismo conflicto que existe en la relación entre padres e hijos”.

Ya durante la presentación, consideró que si bien el primer poema largo es doloroso ya que fue escrito a un año de la muerte su padre, los demás conjuntan “palabras para el sentimiento, que abren la posibilidad para dialogar y para establecer una búsqueda y un posterior encuentro con la palabra misma”.

Agregó que dicho diálogo se extiende hacia la música, ya que a lo largo del texto pueden verse referencias –además de la composición de Harvey– hacia autores Tcaikovsky y su obra Octubre, Agustín Barrios Mangoré y su charla con “el preludio de la Catedral”, y el segundo movimiento del concierto italiano, de Bach.

Sobre en el ámbito personal que ocupa este poemario, Carlos Azar consideró que permite marcar un momento para revisar el papel institucional, fundacional y literario que ocupó Héctor Azar: su trabajo al frente del Instituto Nacional de Bellas Artes en donde inauguró, entre otros, el Teatro Jiménez Rueda y fundó el Centro de Experimentación Teatral y la Compañía Nacional de Teatro en 1972; su interés editorial que le llevó a publicar 17 volúmenes en una época de poca producción de libros; y su gran amor por la arquitectura y la historia de Puebla, la cual contagiaba a sus alumnos.

Por último, destaca que El círculo de la presencia es el número uno de la colección Poesía de Elefanta Editorial, que ya ha publicado a otros cuatro autores noveles de la poesía, que precisamente se abre como una apuesta a divulgar este y otros géneros literarios.