jueves, febrero 16, 2012

La SOPA


Sensu Lato

La SOPA en
boca de todos

Ana Carlota Muñiz Guajardo*

La SOPA está en boca de todos, y no precisamente por agradable. Esta ley, de la que se habla tanto actualmente, y que por el momento permanece frenada en el Congreso estadounidense, fue promovida por Lamar Smith con el objeto de regular el uso de Internet e intentar detener la piratería que permea la red, todo en una supuesta búsqueda de protección del derecho intelectual.

El problema de esta ley, que básicamente permite que el gobierno revise y regule lo que se dice en Internet, es que fue realizada por personas que realmente no comprenden en su totalidad lo que significa, lo que representa y el potencial que tiene la red. Este tema, que por su mismo carácter nos afecta a todos (especialmente a países como el nuestro que dependemos de contenidos extranjeros debido al escaso contenido en la red, al menos en comparación con el gigante norteamericano), abre también la puerta a otro tipo de análisis: el de la regulación de las herramientas socioculturales que tenemos como país y de la peligrosidad de dejar esta tarea en manos de quién no las comprende en su totalidad.

La ley, por lo demás un tanto absurda, nos enfrenta con la necesidad de algún tipo de regulación para prácticamente todas las actividades de nuestra vida en sociedad. Sin embargo, al no estudiarse puntualmente la importancia del desarrollo tecnológico para el ser humano; la creciente dependencia en el medio para casi todos los ámbitos de la vida diaria; y el papel que ha jugado la red en la incipiente libertad de expresión, sobre todo en el contexto de lo que se vio el año pasado con la Primavera Árabe y demás revueltas, no se logra prever que un proyecto así resulta inaplicable.

Por razones como ésta, las leyes y políticas públicas deben crearse por un grupo de intelectuales, de conocedores y maestros del ámbito que se pretende regular, de investigadores que comprendan la historia, pero también el impacto futuro de las distintas alternativas presentes; no por políticos que intentan quedar bien con algún grupo de poder, que buscan sembrar o cosechar los miedos de la sociedad, que necesitan votos, o que simplemente a veces tienen lo que parece ser una buena intención, pero no el conocimiento ni la comprensión necesarias para ponerla en práctica.

*Licenciada en Periodismo y Medios de Información por el Tecnológico de Monterrey campus Monterrey. Columnista de Achtli05.blogspot.com y de la revista Culturista.