miércoles, octubre 21, 2009

La Verdera Verdá


Salta pa´ trás o…

las putas tristes

Joaquín Ríos Martínez*

¿Hacia adónde va un Estado que no respeta sus propias palabras y políticas culturales relacionadas con la apertura, libertad de creación y expresión? Seguramente al descrédito y al fracaso en el ámbito ético.

En Puebla sucedió lo siguiente, hace unos días: el 18 de septiembre, vía el titular de Finanzas Gerardo Pérez Salazar se informó a varios medios de comunicación que la película “Memoria de mis putas tristes” basada en la novela del premio Nóbel colombiano García Márquez sería apoyada financieramente y grabada en parte en Puebla, y que a más tardar a principios de octubre comenzaría a filmarse con un costo aproximado de 8 millones de dólares, en coproducción entre Dinamarca, España, el gobierno del estado de Puebla, y el apoyo de las empresas Femsa y Televisa.

En aquel momento el funcionario afirmó que “la cultura no es un gasto, sino una inversión, que genera turismo y entusiasmo, porque somos una entidad en constante cambio y movimiento”. Además de que se han ya filmado otras cintas con el apoyo del estado camotero.

El lunes 5 de octubre -a raíz de la publicación de la columna de la periodista Lydia Cacho en el Universal, donde dice que con esa cinta se corre el riesgo de “retratar una apología de la trata de menores”- al gobierno poblano le temblaron las piernas y le sacudieron las nuecesitas. El dedo flamígero de la otrora enemiga pública apunta hacia el gobierno de Mario Marín Torres, acusándolo de apoyar las peores causas ideológicas y sexuales.

Se repliegan las huestes y saltan pa´ trás
El gobernador ni tardo ni perezoso instruyó a su oficina de Comunicación social para que inmediatamente publicaran un comunicado en su página de internet donde dice: “el gobierno del estado ha decidido no apoyar económicamente la película “Memoria de mis putas tristes… guión que sólo estuvo a consideración”.

Sin embargo, a principio de octubre, la compañía colombiana “Memoria del sabio” que produciría la cinta ya había confirmado la participación del realizador danés Henning Carlsen y del guionista francés Jean Claude Carriere, ¿se atreverían a contratarlos por adelantado arriesgando todo, o porque sabían de buena fuente que serían apoyados con dinero proveniente del Consejo para el Desarrollo Industrial, Comercial y de Servicios, que regentea el impuesto del 2 por ciento sobre nómina.

El 8 de octubre varios medios de comunicación informamos que mediante un comunicado oficial la empresa productora declaraba que el proyecto se pospondría hasta nuevo aviso debido a la polémica generada en torno al tema y al respeto que se le debía al público en consideración a temas tan sensibles. “Decidimos hacer una pausa para replantear la viabilidad financiera, así como para tener la oportunidad de integrar las distintas aportaciones derivadas del debate tanto de lideres de opinión como de la opinión pública”.

En su momento el secretario de cultura de Puebla, Alejandro Montiel Bonilla sólo mencionó que este es un tema muy delicado que se acerca más a lo político que a lo cultural y, calificó como un desatino el que se descontextualice un tema que tiene que ver con el enamoramiento de un nonagenario de una menor de 14 años y no con la pederastia.

Opiniones varias
Otros miembros de la comunidad artística de Puebla opinaron al respecto: “Si la película es detenida por un grupo sería como regresar a los tiempos del oscurantismo medieval, el arte no puede ser boicoteado, si esto sucede sería absolutamente lamentable, mencionó al diario Síntesis Hugo Eloy Meléndez, director general del Complejo Cultural Universitario de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.

“El único límite que tiene el arte es la imaginación y las reglas que cada manifestación se pone, los temas y las formas son la libertad creativa del artista y nosotros tenemos el criterio para poder decidir. Quien se atreva a poner marcha atrás a una decisión ya tomada acerca de la filmación de la novela de un Premio novel como lo es García Márquez anda un poco desubicado”.

En este mismo sentido Roberto Martínez Garcilazo, director de la Casa del escritor opinó que es un tema delicado que incluye varias aristas. El primero y más importante es la marginación que hace el gobierno del estado a la obra del premio Nobel García Márquez, el segundo tema, el de un supuesto apoyo a las redes de la pederastia internacional es una verdadera exageración ramplona.

El decir de Lydia Cacho en relación a lo causal entre lo ético y estético es de una ignorante porque no podemos censurar las obras artísticas así nada más. El arte no tiene porque ser sólo el panfleto de las mejores causas humanísticas, el arte lo abarca todo.

Memoria de mis putas tristes o tristes putas desmemoriadas
En este contexto las hordas poblanas han mencionado que Lydia Cacho y sus grupos, los cuales habrían demandado al mismísimo Gabriel García Márquez por viejo cochino y lujurioso, mandaron una misiva al Gober para advertirle que de ser cierta la referencia de que apoyaría la filmación de la película, le harían un escándalo igual o peor que el del caso de las botellas de coñac embutidas. Que habría manifestaciones en Puebla encabezadas por la Vela perpetua (sin parentesco con Movimiento perpetuo), el golpe de pecho, y la razón irritada.

Que volverían a sacar sus trapititos al sol y los negocios juveniles que se manifiestan por teléfono, en las fiestas privadas por los prados de Casa o los viajes a escoger caballos sin montura.

Para seguir con la historia, el miércoles 14 de octubre otros medios de comunicación poblanos publicaron las declaraciones del dirigente estatal del Partido Acción Nacional, Juan Carlos Mondragón, quien mencionó que el caso de Lydia Cacho estaba muerto para ellos, y que no se retomaría para ganar terreno electoral!!!!???¡¡¡¡

No pos si, sólo a él se le podría haber ocurrido defenderse antes de la batalla. A explicación no pedida…

La presentación de Mondadori
“Durante mucho tiempo se esperó con impaciencia y se especuló mediáticamente sobre la última novela de Gabriel García Márquez. A finales de 2004, y tras un sonado caso de pirateo editorial en Latinoamérica, se publicó esta “Memoria de mis putas tristes”, una novela que por su extensión es más bien un relato, aunque por su calidad es literatura de la buena.

Un anciano que acaba de cumplir los 90 recuerda su vida, sus experiencias, su afición a las putas tras decidir, desde muy joven, que serían ellas quiénes ocuparían la parcela sexual y afectiva de su vida. El hilo conductor es su decisión de celebrar su efeméride desvirgando a una niña, una pretensión que puede escandalizar al lector, pero que se va transformando en una singular historia de amor sensual, mudo, senil, pero intenso como el de un adolescente.

En estas líneas casi he desvelado la totalidad de la trama de la novela, cosa que no se debe hacer, pero creo que en este caso da un poco igual, porque el gozo está en degustar la prosa de García Márquez, esos párrafos sedosos en los que uno se desliza sobre un sencillo y sutil tejido de palabras colocadas con armonía y capaces de evocar sin perderse por vericuetos.

He disfrutado mucho leyendo este relato, y me he sorprendido de que tanta aparente sencillez pudiera provocar tanto deleite. Quizás en esta novela, sin ser de las mejores de Márquez, se pueda apreciar la maestría de este cronista de la vida y el milagro con más claridad, porque en la brevedad encierra la concisión de su prosa certera y mágica, que queda al descubierto en una historia sencilla, con pocos personajes y protagonizada por un viejo solitario, (Daniel Vega).

Editores y periodistas culturales no fueron más allá, si bien no es obligación del gobierno apoyar las filmaciones si lo es ser congruente con lo que declaran. El daño está hecho, ¿se sienta presedente para denostar, difamar o censurar una obra? Vienen elecciones y sólo hay de una.

Periodista cultural. Diplomado en Administración de las Artes. Diplomado en Gestión Cultural. Este y los textos anteriores en: achtli05.blogspot.com; criticarte.com; razonesdeser.com; Pueblahoy.net; Fanzine cultural 3D2, y en la revista Culturista.