miércoles, julio 29, 2009

La Verdadera Verdá (opinión)

exposición en camioncito viajero

Democratización cultural…


o el arte a las calles

Joaquín Ríos Martínez*

En Puebla se organizó el Primer festival “No te calles usa las calles” con el intento a mediano plazo de reactivar las plazas públicas y los parques de la ciudad en una acción emprendida por diferentes colectivos del arte, la cultura y el trabajo social, como respuesta a la intransigencia que ha tomado el ayuntamiento en contra de creadores urbanos y activistas sociales.

A lo largo de los años la ciudad de Puebla ha tenido, esporádicamente, eventos callejeros ligados al teatro, la danza, las artes visuales y plásticas, los mimos, la literatura con lecturas de cuentos o poesías que han querido ser temporadas permanentes, pero casi siempre han fracasado por la indolencia de los distintos burócratas a cargo de los departamentos de Vía pública.

Hace 20 años la universidad prestaba su “Plaza de la Democracia” para eventos artísticos de todo tipo, allí se podía encontrar a los promotores culturales natos que se entregaban a la organización incipiente de conciertos, exposiciones o lecturas, que muy poco tenían que ver con lo político. O tal vez mucho.

También la Plaza John Lennon era punto de encuentro, refugio y espacio detonante de la literatura, allí se congregaron por años los poetas, vendedores de libros y artesanos (como hoy); en la Plazuela del Tigre se daban cita hace 17 años los amantes del rock, organizábamos exposiciones en tendederos de fotografía, pintura, grabado y escultura. Barríamos, secábamos los charcos y limpiábamos las paredes a cambio del permiso del ayuntamiento, sin mayores trabas.

Más adelante, hará unos 15 años tomamos el Jardín del arte y el callejón de los Sapos para la exhibición y venta de obra y al poco tiempo y con el despertar de la corrupción y el peso fácil, a los inspectores de vía pública se les ocurrió credencializarnos para poder pedir una módica cuota de 17 pesos. Casi todos desistimos y seguimos buscando espacios.

Entonces corrían los tiempos de la democratización de la cultura, de los intentos nacionales por crear políticas culturales efectivas y visibles. Primero Salinas de Gortari y después Zedillo formularon a través del Conaculta becas y premios para actividades susceptibles de llevarse a las calles, las artes circenses fueron en aumento hasta volverse moda de cruceros viales.

Pero ahora, algunas estampas que pudieron verse en la Plaza mayor, Estatuas vivientes creadas por una actriz de teatro han sufrido de esta calamidad violenta llamada inspectores de vía pública que miden con el mismo rasero a memeleras, artesanos, prostitutas, vendedores de jugos, neveros o artistas, con la consigna de que cualquiera está fuera de la ley.
El festival “No te calles usa las calles” congregó a unos 80 creadores y activistas de diferentes colectivos que por su puesto no viven de lo que ofertan en las calles. Los cientos de paseantes dominicales, locales o extranjeros, pudieron disfrutar de pinturas, fotografías, arte objeto, teatro y música sin pagar una cuota. Los artistas quieren expresarse y el arte urbano es el mejor camino para la tan sobada acción del gobierno de “formación de públicos”, ¿por qué entonces no dejar trabajar a los creadores en las calles?

Acaso el ayuntamiento tiene la propiedad de la acción urbana y únicamente sus graffiteros pueden expresarse (con temas bajo “sugerencia”), sólo pueden organizarse eventos musicales del Instituto Municipal de Arte y Cultura, o en su defecto nadie más que la Secretaría de Cultura pude apropiarse del costado de la catedral para sus templetes. ¿Por qué cuando las iniciativas vienen de la sociedad se niegan los espacios? En la mayoría de los estados de la república existen estas actividades sin mayor problema, en muchas ciudades del mundo el artista callejero es parte del cotidiano horizonte que incluso el turista admira.

Si las personas no tienen el tiempo o el dinero para entrar al museo ¿por qué negarles la posibilidad de encontrase con una manifestación artística que puede incluso mejorar su mañana, iluminar su destino o descubrir una sonrisa en su interior esperando ofrecerla a una pintura, a una poesía. El arte siempre alimentará el alma.
¿Quién determina y bajo qué libreto una u otra cosa en relación al ambulantismo, o será que hay que revisar y renovar los renglones del Bando de buen gobierno, o tal vez oxigenar los criterios chatos de los funcionarios obsoletos?

*Periodista cultural. Diplomado en Administración de las Artes. Diplomado en Gestión Cultural. Este y los textos anteriores en: achtli05.blogspot.com; criticarte.com; razonesdeser.com; Pueblahoy.net; y en la revista Culturista.