jueves, mayo 07, 2009

Editorial


Una vela pequeña

por: Luis Manuel Cabrera*

Una vez más, el sector más castigado en la sociedad mexicana (recordemos que cuando se requieren recortes presupuestales el primer afectado es la cultura) se encuentra ante una de las crisis tan acostumbradas: existen algunas condiciones para poder desempeñar el trabajo para un público que obviamente no llegará.

¿Qué es lo que se puede hacer cuando incluso regalar el trabajo no es del interés de nadie? Y más importante ¿cómo puede el artista sobrevivir de lo que muchas veces es lo único que hace cuando no hay un público que consuma su propuesta? Quizá una vez más lo acostumbrado: vivir de la caridad de parientes y amigos que de por sí, muchas veces, son los únicos espectadores con los que un artista puede contar.

Surge como opción la práctica de “ser cronista de nuestros tiempos”, es decir, preparar espectáculos ex-profeso con temática dirigida a lo que la gente quiere ver y oír, según lo dicte la moda... luego entonces el proceso creativo está condicionado y regido por factores ajenos a la misma creación, es decir, hacer lo que vende no lo que en realidad se desearía hacer. Hay creativos que han logrado hacer de esta práctica un medio de vida, sin embargo, hay muchos que consideran que llevar a cabo ese tipo de creación conlleva a una costumbre monótona que poco a poco los aleja y los anula de la creación artística, ya que los convierte en títeres de las tendencias.

No obstante, repito, es una opción de vida, siempre y cuando haya conciencia de cuándo es posible retomar el camino originalmente trazado. Otra opción es la de encontrar una tarea alterna que reditúe en tiempos de crisis; es decir, algo que proporcione los medios de subsistencia cuando el trabajo artístico no dé los frutos deseados (algún cínico-realista podría decir que esa cosecha nunca se da, luego entonces ¿por qué no hacer de esa alternativa una práctica común en nuestras vidas de artífices?).

Es una solución muy digna, hay actividades que no requieren gran tiempo ni atención y que son más generosas a la hora de las ganancias que el medio artístico. Sólo es cuestión de saber identificarlas y estudiar la forma óptima de poder aplicarlas. Como todo en la vida, siempre hay que tener una vela pequeña en caso deque la luz de nuestro cirio se opaque. Es una simple cuestión de previsión que desde la edad más temprana debiera ser inculcada.


*Productor de teatro y promotor cultural