sábado, noviembre 08, 2008

La Verdadera Verdá
Educación sobre ruedas… o las Hummers
Joaquín Ríos Martínez*

En un verdadero despelote de ha convertido el estira y afloje de la Alianza por la Calidad de la educación en México. ¿Será que la educación es lo último que le interesa al político aldeano que se da en las plantas bananeras?
Pasado el escándalo y silencio de las pruebas enlace, de las escuelas en ruinas, de los fraudes y las rifas, de la megabiblioteca Vasconcelos, de las aulas de medios y de la ignorancia expedita del secretario de educación viene uno mayor: el de la Calidad por la educación.
De atrás para adelante el escándalo ha llegado a episodios inverosímiles, una treintena de camionetas tipo tanquetas (de acuerdo a la seguridad es el miedo, decía mi extinto padre), con valor cercano al medio millón de pesos fueron entregadas, primero como obsequios después para que sean rifadas. Una verdadera afrenta en un país de pobres y de maestros miserables pero con líderes millonarios.
La calidad de la educación no cambiará nunca, seguirá siendo mediocre, extemporánea y acotada porque así lo han decidido los propios maestros –no todos claro-, porque cometen una infamia mayor a la de no querer prepararse profesionalmente. El cuchupo de la herencia de plazas, hijos de suchi que jamás quisieron ser maestros pero que las crisis económicas y laborales de este país los orillan a ello.
Todos los días nuevos maestros en todo el país heredan plazas sin ser maestros y por su puesto en el testamento no viene un instructivo para poder transmitir los conocimientos que necesitan los vástagos pueblerinos. La herencia no indica compromiso ni titularidad. El maestro no es más el rector de los valores ni el regidor del futuro ecuánime.
Los nuevos maestros –no todos por supuesto- son una bola de jodidos igual que tu y yo, necesitados de dinero y de un trabajo más o menos digno, eso si con hartas prestaciones, puentes y vacaciones (en eso nos superan). Pero que de geografía, historia y política saben lo que yo de astrofísicanuclear. El gobierno quiere imponer la calidad comenzando por la supuesta profesionalización y exámenes a los docentes, los sindicatos no lo aceptan porque dejarán de percibir millones de pesos por las plazas vendidas, heredadas o cedidas.
En Puebla las acciones han estado apuntaladas por una supuesta disidencia en la que actúan cerca de 10 mil maestros, según números de las secciones 23 y 51 del Sindicato Nacional de la Educación. Incluso se han atrevido a decir que se trata de un movimiento político que busca desestabilizar al país y que en Puebla está encabezado por el mismísimo secretario, ¿será?
¿Cuántos maestros perderían a la buena su plaza porque son ignorantes hasta de su propia historia reciente? ¿Cuántos llegan a las aulas sin preparación y sin compromiso? ¿Cuántos están capacitados para lo elemental? ¿Cuántos quieren realmente quebrar las inercias? ¿Cuántos siguen pensando que es mejor un país ignaro que se calle ante las arbitrariedades que cometen sus líderes morales?
¿Cuántos están realmente dispuestos a enfrentarse a exámenes de calidad, actualización y compromiso por la educación? ¿Cuántos saben que las materias artísticas se han hecho a un lado por la negligencia y el miedo a ser rebasados por la crítica contumaz de un pueblo herido? ¿Cuántos estarían dispuestos a sensibilizar a toda una generación para que despertemos de este letargo conjunto?

*Diplomado en Administración de las Artes y en Gestión Cultural. Este y los textos anteriores más extensos en:
http://achtli05.blogspot.com; www.criticarte.com y en la revista Culturista.