viernes, diciembre 31, 2010

fotos: Kino

Año nuevo y
viejos hábitos



Luis Manuel Cabrera*


Un antiguo adagio reza “Año nuevo, vida nueva”. Pero también hay otro que dice “Los viejos hábitos tardan en morir”. Sin embargo, como en nuestras instituciones el 2011 es un año de renovación, esperamos que sea la aplicación del primero y no del segundo la que nos rija en los meses venideros. ¿Qué podemos desear de nuestros nuevos administradores públicos?


Principalmente que tengan la capacidad para afrontar las responsabilidades que se les avecinan y que no sean (como ha sido costumbre) simples figuras impuestas sin la sensibilidad e interés sobre las áreas que ocupan, es decir, que cuando menos tengan una noción de lo que significan las palabras “cultura” y “turismo” antes de aceptar los paquetes.


Por otro lado, en los empleados administrativos no esperamos más que conocimientos básicos de redacción y logística para el lanzamiento de convocatorias a la población puesto que de improvisaciones ya hemos tenido bastante. Sabemos que nadie nace sabiendo pero precisamente por ello es necesaria una asesoría adecuada para poder construir la experiencia que esos cargos requieren. Esperamos finalmente que termine la rotación de puestos y cargos, en el que el premio a la ineptitud de muchos empleados públicos era el cambio de área en vez del despido, donde los únicos en pagar los platos rotos eran los ciudadanos, eso sí de diferente sector.


Es decir, que termine el molestar a cierta parte de la población para que lo hicieran a otra, cuando de tajo la solución óptima era la remoción del mal servidor público. Son muchos los malos hábitos a los que se ha acostumbrado nuestra ciudadanía, por lo que justo es el momento de exigir buenos servicios y si no queda de otra, enseñar a nuestros burócratas a trabajar. Todo es en beneficio de nuestras comunidades y como su nombre lo indica, es una labor conjunta.

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A la opinión pública:


En reiteradas ocasiones hemos señalado lo mal que funciona Secretaria de Cultura, el derroche de los pocos recursos que se le otorgan en burocracia y proyectos ineficaces carentes de planificación y seguimiento, así como la imperiosa necesidad de contar con un proyecto cultural integral que obedezca a las necesidades de la población en lugar de organizar eventos aislados para que el funcionario público pueda quedar bien en su comparecencia final. Se ha denunciado que la SC ha abandonado a los municipios y las 5 500 comunidades existentes en Puebla, sus idiomas, costumbres y tradiciones, que se ha privilegiado a la llamada “alta cultura” dejando afuera toda la riqueza de las diferentes manifestaciones culturales.


Ahora, ante la llegada de una nueva administración ha surgido un rumor que día a día toma más fuerza -tanto en la comunidad cultural como en los medios electrónicos e impresos-, la Secretaria de Cultura se fusionará con la de Educación Pública; se creará en Puebla un Consejo Estatal para la Cultura y las Artes que será un órgano administrativo desconcentrado de la SEP y cuya creación correrá a cargo de la actual legislatura. Todo esto como resultado del acuerdo celebrado entre el gobernador en funciones y el electo; es decir, será Mario Marín quien negociadamente con Moreno Valle dará la estocada final a la primera Secretaría de Cultura creada en el país.


El ambiente que se percibe en Puebla ante la llegada de la próxima administración es preocupante en todos los sentidos, político, económico y cultural. Pero nos alarma darnos cuenta que una vez más para los gobernantes la cultura es lo de menos, o en el mejor de los casos un ornamento.


Esta decisión significa, subordinar la cultura a una institución que tiene una terrible deuda con la educación de este país y con su futuro, enferma de burocracia, reproductora de patrones de represión y alienación en donde la transmisión y creación de conocimiento ha perdido valor, ética y profesionalismo, una institución que ha sido raptada por Elba Esther Gordillo mujer corrupta, golpeadora de maestros, representante del sindicalismo más vil. Es el peor de los augurios para un estado que se encuentra entre los de mayor rezago, pobreza y desigualdad, sin duda será un error histórico en caso de concretarse dicha fusión.


Así pues la desmemoria reina una vez más, se ha olvidado de la lucha que tuvieron que librar muchos artistas y gente de cultura para lograr que existiera una institución preocupada por la cultura y sus actores sociales, una institución que vinculara, que abriera puertas, espacios, imaginarios.


Una vez más se evidencia cómo funciona esta falsa democracia, y nos preguntamos a quién consultaron para tomar estas decisiones, bajo qué intereses se están definiendo el futuro de Puebla; no olvidemos que cuando más hambre, pobreza, violencia y corrupción hay, es cuando hay que apelar a lo humano, a lo sensible, al diálogo y la razón. Quizá los individuos que estén en el poder saben perfectamente que “La cultura es un cuchillo que hiende futuro... la cultura es a la vez la expresión de la conciencia de que existe una alternativa y un estimulo para que hombres y mujeres piensen de manera diferente siguiendo sendas no autorizadas acerca del mundo en que viven, trabajan y mueren” (Sygmunt Bauman) y por ello tienen miedo.


Por tanto no solo exigimos la permanencia de la Secretaría de Cultura sino la creación de un plan de desarrollo cultural serio, incluyente y a largo plazo, así como la apertura de sedes y creación de mecanismos de vinculación eficaces con municipios y colonias.


Estamos de acuerdo en la optimización de recursos y estructura burocrática, por lo tanto también exigimos que los puestos administrativos y de proyección sean ocupados por gente capaz de entender las necesidades de la cultura y el arte, promotores y gestores culturales sensibles capaces de imaginar alternativas y vínculos estrechos con todos los actores culturales.

Necesitamos gente preocupada por esta sociedad y sus problemáticas, perfectamente ubicada en su contexto histórico, la historia ha demostrado que los empresarios y “comerciantes” de la cultura, promotores del libre mercado y del pensamiento neoliberal han generado retrocesos que en nada ayudan a la sociedad.


Tal vez es hora de levantar la voz más fuerte, de actuar y de no ser cómplices silenciosos. De exigir lo justo, se lo debemos a los que ya no están y a los que vienen.


No defendemos lo que hasta la fecha ha sido la Secretaria de Cultura, defendemos el derecho a la cultura y a la posibilidad de reinventarnos como seres humanos construyendo una sociedad justa y sensible.


Organización y movilización.


Atentamente


Grupo “A escena teatro”


Colectivo “Acción Directa Autogestiva” (ADA)


Contacto: accion_directa_autogestiva@ada.org.mx