sábado, septiembre 14, 2013

La casa el Dean de Puebla

En el abandono, la Casa del Deán en Puebla; es una de las viviendas más antiguas


Por Yadira Llaven Anzures, septiembre 13, 2013 Jornada de Oriente

En total abandono luce la Casa del Deán, edificio que es considerado una joya virreinal del siglo XVI, a pesar de que en 2010 recibió una restauración integral que mantuvo cerrada las puertas del recinto. A simple vista se observan las ventanas rotas y las puertas desvencijadas a falta de mantenimiento y por exceso de humedad, mientras que en la parte de sus balcones hasta matorrales han crecido.

El edificio, ubicado en la calle 16 de Septiembre y esquina con la 7 Poniente, fue construido en 1580 por el arquitecto Francisco de Becerra para servir de residencia al deán de la catedral poblana, don Tomás de la Plaza Goes.

El inmueble cuenta con los dos únicos murales del siglo XVI en una casa civil, que se conservan en México: Las Sibilas y Los Triunfos.

Hay que recordar que en el mes de octubre de hace tres años la Casa del Deán abrió nuevamente sus puertas como museo, tras un año de restauración.

Sin embargo, llama la atención que a la fecha este inmueble no haya recibido mantenimiento alguno por las autoridades del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), a cargo de la custodia del lugar.

El Centro INAH–Puebla informó que la edificación, considerada la casa más antigua de la ciudad, es de estilo renacentista, y dio a conocer que en este año podría haber una partida económica superior al medio millón de pesos para restaurar las ventanas y puertas del edificio que se ubica a una calle de la Catedral de Puebla.

“Se van a cambiar las ventanas y se le dará tratamiento a las puertas, mientras una restauradora está analizando que otras áreas serán tratadas”, aseguró el delegado del INAH, José Francisco Ortiz Pedraza, a La Jornada de Oriente.

Aseveró que afortunadamente las pinturas que contiene la vivienda en su interior están en buen estado.

El inmueble histórico está hecho con cantera gris y consta de dos columnas dóricas y jónicas y un remate que equilibra la estructura.

En su exterior luce el escudo de armas del prelado con una frase en latín que, traducida al español, significa: “Que la entrada y la salida sea en nombre de Jesús”.

La primera sala conservada es La Sibilina, llamada así por sus muros decorados con representaciones de las mujeres que recibieron del dios Apolo el don de la profecía y la adivinación, conocidas como sibilas.

En la pintura se ve una cabalgata en la que las sibilas montan sus corceles y lucen lujosos vestidos. De fondo, aparece un paisaje presumiblemente europeo –han señalado expertos–, con personajes diminutos, así como una nutrida variedad de animales.

En la segunda sala, que fue la recámara del deán, se contempla el mural de las representaciones de Los Triunfos, obra en verso de Francesco Petrarca.

En ambos espacios encontramos motivos vegetales, animales, rostros de mujeres, faunos y niños con alas.

Los murales fueron pintados con la técnica al temple por artistas anónimos.

Hay que destacar que el cargo de deán era muy importante en la época, pues en la jerarquía eclesiástica es el puesto que sigue después del obispo; además, don Tomás de la Plaza presidió el cabildo y suplía al prelado en caso de ausencia.

Hace medio siglo la Casa del Deán estuvo a punto de demolerse para construir en su lugar un cine comercial.

Sin embargo, gracias al promotor cultural Pablo Ramón Loreto se logró evitar, pues convocó a un grupo de intelectuales y artistas de la época, quienes exigieron a las autoridades de ese tiempo se que conservara el edificio.

Entre ellos estaban Frida Kahlo, Diego Rivera, Juan O’Gorman, David Alfaro Siqueiros, Francisco de la Maza, Manuel Toussaint, Andrés Henestrosa y Germán List Arzubide.
Las salas de cines sí fueron edificadas, pero en la parte trasera de la antigua casona, rescatando únicamente las habitaciones esquineras, donde están actualmente los dos murales.
Aunque el inmueble está deteriorado, puede ser visitada por el público en general, tras pagar una cuota aproximada de 50 pesos, de martes a domingo de 10 a 17 horas. El día domingo el ingreso es gratuito.