martes, junio 30, 2009

La Verdadera Verdá (columna de opinión)


Ley indígena… o

despertar a la realidad

Joaquín Ríos Martínez*

El jueves de la semana que pasó el diputado del Partido de la Revolución Democrática, Melitón Lozano Pérez propuso, con el objetivo de otorgarles autonomía, personalidad jurídica, recursos económicos e independencia a las comunidades indígenas, la creación de la “Ley de derechos y cultura indígena del estado libre y soberano de Puebla”, acción que seguramente allanaría las muchas lagunas en materia legal y constitucional.
Leyes, iniciativas y reformas ya existen, lo malo es que los políticos prefieren seguir gozando de las bondades de la importación de granos y frutos y de la raja electoral que combina pobreza, marginación, analfabetismo y el apabullante dolor arrancado de la miseria social que representa la falta de servicios de salud.
La gran mayoría de nuestras manifestaciones culturales y algunas artísticas tienen sus bases en las creaciones históricas de los pueblos autóctonos: escultura, música, bailes, gastronomía, religiosidad, medicina, la memoria oral, relatos, códices y pinturas.
El tema de las comunidades indígenas no es fácil y se ha discutido constantemente desde la época de Luis Echeverría Álvarez, aún así el Estado no ha dado muestras de “soltar un poco la cuerda” ya que los millones de indígenas, fueron probablemente y son hoy en menor medida, un buen escenario para la manipulación y coacción hasta la era del sub comandante Marcos y sus zapatistas.


Una realidad diferente

Hoy cientos de miles han despertado a una realidad diferente, en un escenario alterno y con herramientas de juicio y valor distintas, para los indígenas también hay nuevos reductos de información y conocimiento. Por ello la dificultad para el Estado al tratar los temas de educación intercultural, formas originarias de comunicación y organización, además de la cultura, tradiciones, costumbres, rituales y lenguaje que además son trasladados a las ciudades capitales por miles de nuevos pobladores que abandonan sus lugares de origen en busca de una mejor opción de vida, trabajo, educación y salud.
¿Qué pasaría si esos millones de personas marginadas y en extrema pobreza se organizaran y cuando menos le mentaran la madre a los políticos corruptos y sin madre? Cuando menos sordos si los dejaban. ¿Cómo querrían conmemorar los cien años de la revolución?
En el Informe de labores del primer año de la presidenta municipal Blanca Alcalá Ruiz mencionó, cuando se refirió a la ciudad que heredó, que “lo más delicado, sin embargo fue identificar una creciente situación de marginación y pobreza; la continua pérdida de competitividad”… y se comprometió a seguir impulsando políticas públicas de Desarrollo social incluyente. ¿Estarán incluidos allí los miles de indígenas asentados o fluctuantes que conviven a diario en una Puebla elitista y que margina a sus originarios? Porqué, continua el informe: “las ciudades que ofrecen la mejor experiencia de vida son las que armonizan: …respeto a la historia, cultura e identidad colectiva y sentido de pertenencia”…


Elementos ya existen, voluntades no

La Ley Estatal de Cultura aparecida en noviembre de 1994 ya incluye, en el Capítulo Tercero un apartado para la cultura indígena local, aunque la Verdadera Verdá no sabemos si el gobernador y los ayuntamientos han generado los Acuerdos y Reglamentos que deben regir la preservación, promoción, fortalecimiento, difusión e investigación de la cultura indígena en Puebla.
Esta Ley, en su Artículo 11, al igual que la Constitución Política de Puebla, en su Artículo 13 reconocen la composición pluricultural y multilingüística del estado, y su libertad a determinar y desarrollar sus formas internas de organización social, cultural, política y económica. Y les otorgan, en su calidad de ciudadanos mexicanos/poblanos sus derechos a la educación, salud, organización, modalidades de propiedad, y a la protección jurídica, entre otras.
Nos es entonces que no haya instrumentos para los indígenas, lo que no hay son voluntades políticas que detonen su incorporación irrestricta a los sistemas sociales de desarrollo. Al paso del tiempo se han tenido que crear otras herramientas: como la Declaración de derechos humanos o recientemente la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la discriminación formalmente oficial a partir del 11 de junio de 2003. Por ello la Verdadera Verdá convoca a los políticos no perder más tiempo en la aprobación de Leyes en una Comisión de Gobernación poco transparente. Hay que invertir el tiempo en acciones de corto, mediano y largo plazo, y respetar las leyes.


La trascendencia del dolor

1. En Puebla, según datos del INEG hay alrededor de mil comunidades indígenas de siete grupos: Nahuas, Totonacas, Popolocas, Otomíes, Mixtecos, Tepehuas y Mazatecos.
2. El 29 por ciento de analfabetos en Puebla es de origen indígena.
3. La población ocupada sin ingresos, hasta el censo del 2005 indicaba que era del 26.5 por ciento del total de la población en el estado de Puebla.
4. El promedio de hijos de la mujer indígena en Puebla era de 4.1 mientras que en el ámbito nacional era de 2.5
5. El 63.4 por ciento de la población indígena no pertenece a ningún sistema de salud.
6. El pasado 21 de junio se celebró el día del padre. La fiesta arrojó una interesante estadística: el 41.5 por ciento de los 27.6 millones de hogares mexicanos carece de la figura paterna ¿qué se celebrará entonces? ¿La figura reproductiva…?
7. Sólo el 2.2 por ciento de los hogares está constituido por el padre e hijos.
8. El 40.6 por ciento de los padres solteros tiene educación básica incompleta.
9. El próximo domingo 5 de julio hay que salir a votar, no deje la boleta en blanco.
10. Ya lo dijo la politóloga Denise Dresser: “anular el voto significa depositar una boleta para expresar el descontento con un sistema democrático mal armado, que funciona muy bien para los partidos pero muy mal para los ciudadanos”.


*Periodista cultural. Diplomado en Administración de las Artes. Diplomado en Gestión Cultural. Este y los textos anteriores en: achtli05.blogspot.com; criticarte.com; Pueblahoy.net; y en la revista Culturista.