domingo, marzo 14, 2010

Cocinando al vapor (opinión)

Foto: kino

Cocinando al vapor

Por: Luis Manuel Cabrera*

Una costumbre arraigada durante los cambios de gobierno estatales es la sobre planeación de proyectos de “despedida”. Esto obedece a varias causas: 1. Un presupuesto otorgado que se tiene que ocupar de inmediato ya que está en riesgo de ser devuelto a los departamentos de asignación de recursos y si mal les va, de vuelta a los contribuyentes.



2. La necesidad de los funcionarios de demostrar que son capaces de echara andar proyectos a corto plazo, lo que los pone en posición de probablemente ser considerados para renovar contratos en la nueva administración.3. El broche de oro con el que cerrar un sexenio plagado de trabajo constante que ya es costumbre en la población y sería muy lamentable el dejarla sin esos eventos que “espera y demanda”.

En pocas palabras, asegurar la continuidad. Es entonces cuando aparece la calendarización de multitud de eventos para demostrar que se trabaja hasta el último día. Pero con ello, la mayor frecuencia de errores que quizá habían pasado desapercibidos antes pero ante la vasta oferta, es imposible dejar de notar.



Esto se refiere a que son más los eventos cancelados que realizados porque fulano se olvidó de solicitar a mengano y así se sigue la cadena. Se quieren presentar más proyectos de los que se pueden organizar y en los resultados, como es costumbre, perdemos todos.


Estas planeaciones al vapor conllevan confusiones puesto que igualmente, las difusiones se realizan de forma torpe y desorganizada y lo bien o algunas de ellas son llevadas a cabo, se pierde del llamado público objetivo que en ocasiones tiene que estar peregrinando por los diversos espacios públicos para ver en cuál se lleva a cabo el evento que se canceló en el sitio previamente establecido.


Cambios de sede, de fechas, de peleas en los medios de comunicación para encontrar espacios de difusión con tan poco tiempo y demás avatares son las principales características de los proyectos de fin de sexenio ¿Qué solución se puede dar a esta problemática? Difícilmente alguna.

Volviendo a la primera causa mencionada por estos apresuramientos, pregunto ¿qué hay de malo con la devolución de recursos no aplicados por una administración de tiempo mal dirigida? Nunca he encontrado quien me pueda responder a este cuestionamiento...